Por Gustavo García Solares

En verdad es difícil describir mi experiencia en Islandia. Los paisajes simplemente te atrapan. No podés ni querés hablar. No sabés a qué parte de los 360 grados que tenés para observar es en la que debés apuntar la nariz. El péndulo del tiempo da la vuelta completa. En pocos días pasas de aguas termales entre piedras volcánicas hasta auroras boreales que terminan el espectáculo despertándote entre el hielo y la nada.

El siguiente destino: cataratas que te estremecen la lógica y te despiden con una carretera llena de soleadas (y frías) playas, que rematan el día con una tormenta de nieve. Es el espectáculo de la naturaleza que no sabías que existía. Allí no hay palabras, solo la soledad más cómoda.

Una vez entraste, no hay nada que podas hacer más que sentir a lo inexplicable tocarte el hombro, invitándote a perderte en vos mismo.

Fue muy difícil escoger las fotografías que conforman esta serie. Espero transmitan el recuerdo: Ojos totalmente abiertos queriendo grabar todo lo que ven mientras en el fondo suena el álbum “Valtari” de Sigur Rós.

Es como ver “una avalancha en cámara lenta“.

Más fotografías en: 500px.com/gusnavogarcia

https://www.youtube.com/watch?v=LyQEij88SB4)

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