Gustavo Bracamonte
Poeta

SIN TIEMPO A
¿Cuáles son los réditos de haber cumplido con dios, con
la iglesia,
con el gobierno, con la mujer, con el hombre, con el
trabajo y
con el país que desde adentro llama a la cama de sangre y
a la conspiración con banderas negras?
¿Quedará algo del tránsito a lo inaudible y yerto?
No hay tiempo para más y sobre las rodillas de la jactancia
resuelvo el presente con la vida enceguecida y sin
remedio,
estar donde hay odio como modelo de sobrevivencia
sin alcanzar un poco de tiempo para llegar a ningún lado.
Judas pende de la inmortalidad perdida en la histeria.

SIN TIEMPO B
Calles inhabitables como sierpes derrotadas,
avenidas para la muerte paulatina, improvisada,
violenta, sin sentido
risa de muertos que controlan el desorden
en menoscabo de las criaturas que comparten el pan,
ojos memoria en cada paso sin nombrar y
las formas de la preocupación en bares oscuros
protegiendo el eco de decesos.
La vida de trazos débiles resume la risa
en la boca de las consternadas palabras
que significaron algo en las apretujadas celdas,
en la conversación común
en las esquinas de los problemas
en la hemorragia de los días
en la perversión de piedras nocturnas agigantadas
mientras se duerme abrazados a extraños seres
con especificaciones distintas para amar.
Otras sensaciones en el cuerpo sin nervios y
con poco crecimiento por dentro de la palabra
para este tiempo
de inútiles extremismos y descomposición
en el cual urge la lujuria sana y
el rescate auroral de la saliva de los difuntos
conducidos a la fuerza a una especie de otro mundo,
que al final de cuentas resulta ser el mismo
en el que sobrevivimos.
Todo terminará sin las averiguaciones y desmotivada
gente que a duras penas dijo algo
en ciudades hechas para atrincherar cadáveres
con la celeridad de la indiferencia y una pequeña lástima
iluminada con mendrugo intrascendente.

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