François Boucher
(1703 – 1770)

Eneas, el héroe del poema de Virgilio, Eneida, estaba destinado a recalar en la península Itálica y a convertirse en el padre de los romanos. Al llegar, se vio implicado en una serie de guerras instigadas por Juno, lo que provocó que su madre, Venus, acudiera en su ayuda. Esta obra de Boucher (1732) muestra a esta última, diosa de la belleza y el amor, coqueta y casi desnuda, sentada sobre una nube rodeada de cisnes y palomas, dos de sus atributos. Mira hacia su marido, Vulcano, a quien le pide una armadura especial para su hijo.

Boucher, pintor principal de Luis XV de Francia, fue criticado por ser demasiado indulgente consigo mismo como para pintar algo más serio que putti, ninfas y mujeres semidesnudas. Sin embargo, su estilo desenfadado y frívolo, típico del Rococó, resultó ser el más indicado para los cuadros, las decoraciones, los tapices y los escenarios de la corte del rey.

Con información del libro de:
Sarah Carr-Gomm. Historia del arte. El lenguaje secreto de los símbolos y las figuras de la pintura universal. Ed. Blume. Barcelona, 2009. 13. Pág.

 

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