Saidee Suárez Rocha
Poeta

La Tierra
¿Madre, cuándo te podremos ver tal cual eres?
Tu amor es tan profundo que sólo sabes crear
Santa madre tierra llena eres de gracia
Sin ti nada somos
Benditos los frutos de tu naturaleza
Todo en ti cobra vida
Fecundas, nacemos, morimos en todas formas y colores
Sólo somos contigo
Bendita la fuerza de tus montañas
Tejes nuestra conciencia
Eres el barro, el maíz, con el que fuimos formados
No permitas que se marchiten la ilusión y los sueños
Somos uno contigo y con el cosmos, permite que entremos en la verdad interior
Para que nuestros deseos sean que se cumplan con las necesidades de todos tus hijos
Generosa madre incondicional
Derrama tu canto en la selva
Para que no muera la esperanza bendita milagrosa que no pare tu vientre jamás
Y benditos tus frutos

Agua
Te bendigo, abres mi corazón
El murmullo de tus cascadas estalla en el resplandor del silencio
Fluye, emerge del pozo tu aliento
Río divino, torrente de vida
Te entregas con gozo invisible
De tu brutal transparencia
No te estanques, no te pudras en las presas
Danza con tu canto y tu espuma
Están afuera y adentro de nosotros
Eres una vieja sabia, conciencia cristalina
Báñanos con tu delirio fluido que asciende y desciende del cielo
Fluye de nuestras venas al océano
No hay lucha ni fracaso, avanzas paciente y dinámica
Permite que veamos nuestros errores para que la marea vuelva
Nos pasas la factura con silencio
Si tú desapareces no habrá navegantes, nadie descubra las raíces de las tormentas, ni lluvia, ni vapor que se lleva nuestras oraciones
Bendita seas agüita
Existes, fuiste y serás el testigo de nuestra necia indiferencia hasta que eclipsemos el tiempo con amor

Aire
Soplo de vientre vacío
Me ignoro cuando te ignoro
El aire abre el cielo y no se puede estancar
Miles de ritmos entran y salen
Te inhalamos con una dulzura invisible
Te exhalamos como un fantasma, rugido misterioso
Tinieblas que se disuelven en las flores
El halo de dios que se sumerge en mis pulmones y se disuelve ardiendo en el grito del humo negro
Indomable látigo que bajas a la tierra
Permite que volemos en las alas de tu herida
Tienes tu propio ritmo en nuestro interior
Permite que sintamos muchas veces estar fuera de control, como tú
Y avanzar en nuevas direcciones
Pues se ha agotado el plazo, ya no hay tiempo
Tenemos que comprometernos contigo
Si seguimos al azar lanzando demonios
Ya no florecerán las ilusiones en la tierra
Intoxica el perfume para aceptar lo que hay dentro de nosotros
Y reparar hasta la sombra de tu fuerza

Fuego
Fuerza, magma, calor, transformación, unidad
De rodillas ante tu fuerza colorida. Padre creador
Columna de fuego que atraviesa la bóveda celeste
Devora con tus rayos todas las dificultades
Rescata las raíces del centro de la tierra
Que el movimiento circular se multiplique
Para que volvamos al inicio y poder verlo
Redefinir el camino nuevamente
Que seamos todos la fuerza reunidos junto a ti, potencia sin límites
Hipnotizas la belleza con inagotables formas, eleva tu voz al creador
Que escuchemos nuestros ojos y el núcleo de la luz en las estrellas
Zumbe en un nuevo futuro
Caminos libres sin dificultades, caminos planos
Incendiamos el fondo del abismo y en un instante el fuego arde
Un corazón que viaja en las cenizas
Degusta lo divino en todo sin perderse
Ya no se pueden cometer errores
Los laberintos en la espalda del mundo sacan la fuerza interior
Expulsando los alacranes al camino
Para asumir el compromiso y la responsabilidad de vivir en armonía

 

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