Por BERENICE BAUTISTA
MORELIA / Agencia AP

Los excesos y la falta de conciencia de un grupo de adolescentes de clase acomodada en México son retratados en «Los herederos», de Jorge Hernández Aldana.

Los juegos de Ricardo y sus amigos se vuelven más peligrosos a medida que pasan de fumar y tomar alcohol a robar, primero con una pistola de salva y después con una real. El director no quiso presentar únicamente a los jóvenes sino a través de ellos hacer una reflexión sobre el papel de los padres.

«Creo que los padres saben bien cuál es la realidad de sus hijos y creo que el problema está en fingir que la desconocen, la película se trata justamente de eso, de ignorar, de pretender que no pasa nada cuando sí pasan cosas», dijo ayer el director durante la presentación de la cinta en la 13 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia.

La historia surgió por las anécdotas que Hernández Aldana ha escuchado por años en toda Latinoamérica, donde el dinero parece resolver cualquier problema en el que se metan los chicos. La diferencia, dijo, es que ha notado que cada vez tienen menos edad los jóvenes cuando cometen estos actos impunes.

«Lo más grave es que mientras más jóvenes menos herramientas éticas para enfrentar las consecuencias de sus hechos y ahí es donde deberían justamente entrar los adultos y yo creo que ahí es donde está el vacío», apuntó. «Hay una omisión de propósito como una forma de vida para encontrar una felicidad que al parecer tiene un costo bastante grande».

Max Hollander debuta con el papel de Ricardo. «Fue bastante natural. Lo adapté de mí y fue muy fácil irlo desarrollando».

En el caso de Sebastián Aguirre, quien interpreta a Rogelio, uno de los chicos más agresivos del grupo, la película le hizo observar su entorno.

«Empecé a pensar en estas situaciones en las que los chavos (muchachos) tienen un poder casi absoluto y no tienen una educación que les permite ponerse límites ellos mismos, llegan a situaciones en las que pueden abarcar a muchísimas personas», dijo el también actor de «Güeros» y «Obediencia perfecta».

La mayoría de los diálogos son improvisados y aunque existía un guion el proceso fue similar al de un documental, los chicos no lo leyeron y no sabían cómo iba a terminar la historia.

«El resultado de eso fue básicamente día con día, escena con escena, volver a inventar otra vez la película desde la escena primera hasta la última», señaló Hernández Aldana.

El director, nacido en Venezuela y naturalizado mexicano, ha vivido también en Canadá y Estados Unidos además de estudiar cine en Polonia. «Los herederos» es su segundo largometraje tras «El búfalo de la noche» de 2007.

La cinta es producida por Lucía Films, la productora detrás de la aclamada cinta de Michel Franco «Después de Lucía», otra película protagonizada por adolescentes de clase alta en México. Franco fue productor de «Los herederos».

«Michel y yo somos amigos desde hace mucho tiempo, desde antes de ‘Después de Lucía’ y desde antes de ‘Los herederos»’, dijo Hernández Aldana. «Tuve una libertad total, tuve un gran compañero con quien platicar, igual que lo hago cuando a él le toca estar detrás de la cámara».

En la presente edición del Festival de Morelia, Lucía Films también ha presentado «Chronic» de Franco, «600 millas» de Gabriel Ripstein, y «Desde Allá» de Lorenzo Vigas.

«Creo que una de las cosas importantes que están pasando con Lucía Films es que hay un grupo de amigos que además son muy talentosos», dijo Hernández Aldana. «Tenemos un espacio para que estos proyectos crezcan en esta hermandad que se está creando».

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