Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Los guatemaltecos estamos acostumbrados a que nos madruguen y generalmente se aprovechan momentos de distracción, como estas fiestas, para dar el madrugón. El último significativo fue el que nos dio el gobierno de Pérez Molina en plena Semana Santa cuando anunció el usufructo para la Terminal de Contenedores Quetzal, propiedad, entonces, de la Terminal de Contenedores de Barcelona, producto de un soborno de 30 millones de dólares. Mientras los guatemaltecos desempacaban en las playas o se preparaban para cargar en alguna procesión, el gobernante comunicó que se había otorgado el negocio y las pocas voces que alertaron sobre la movida no inmutaron a una población lista para emprender el más importante descanso del año.

Esta vez fue en plena víspera de la Navidad, cuando ya la gente estaba inmersa en los preparativos de la Nochebuena. El presidente Morales comunicó, por medio de sus redes sociales, que su gobierno tomó la decisión de trasladar nuestra misión diplomática en Israel, de Tel Aviv, donde están todas las embajadas, a la ciudad de Jerusalén, a donde Donald Trump anunció que será trasladada la Embajada de Estados Unidos. El argumento central fue la historia de cercanía y amistad existente entre Guatemala e Israel desde la creación de ese Estado dispuesta por Naciones Unidas en 1948 y devuelta en buena medida cuando nuestro país fue sancionado por la violación de derechos humanos y el gobierno de Estados Unidos suspendió toda ayuda militar, dejando un vacío importante que fue llenado por la ayuda militar israelí durante el conflicto armado.

Desde el punto de vista puramente doméstico a la gente lo mismo le da Chana que Juana en cuanto a la política de Guatemala en el Cercano Oriente, pensando que no incidimos gran cosa y por lo tanto, entre la ancestral indiferencia y la distracción absoluta por la celebración de la Navidad, el anuncio del Presidente en el país no tuvo repercusiones más que en redes sociales donde se notaron las divisiones ideológicas que se han agudizado desde que la lucha contra la corrupción se convirtió en punto de discordia.

Pero en el plano de la política exterior es un asunto en verdad importante el respaldo que se ofrece a Donald Trump. Es el primer país del mundo que anuncia el traslado de su Embajada luego de que el mismo Trump lo hiciera y que la Asamblea General de Naciones Unidas condenara la decisión de Washington. De hecho, para entender cuán importante es para Trump el tema del traslado de la Embajada, hay que ver que justamente tras el anuncio de Morales, Trump anunció que recorta los aportes a la ONU en 258 millones para el año 2018. La Embajadora Nikki Haley anunció el recorte sin mencionar el voto contra Estados Unidos en la Asamblea General si no hablando del derroche de recursos en la organización mundial, pero la relación causa-efecto está a la vista.

En resumidas cuentas la jugada apunta a ganarse el apoyo de Trump en el esfuerzo por acabar con la lucha contra la corrupción y la impunidad y la prueba de fuego será la elección del próximo Fiscal General.

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