Francisco Cáceres Barrios
caceresfra@gmail.com

Habrán notado mis paisanos que de un tiempo a esta parte abunda en nuestro país gente que se atreve a pronosticar intenso frío para determinada fecha, pero que llegado el término no hay tales, por ningún lado aparece el frío y en cambio todos andamos muriéndonos de calor. Pero si fuéramos acuciosos no pasaría mucho tiempo para percatarnos que el fracasado vaticinador no tenía ningún instrumento o evidencia en mano para que tal pronóstico fuera a resultar cierto, sino que se dejó llevar por la costumbre, porque así ha venido ocurriendo en años anteriores o porque tal es su afán de destacar o de hacerse notar que se atreve a tomar los micrófonos y con pose fríamente calculada, asegura frente a las cámaras desastres climáticos, ambientales, terremotos, congestionamiento de tránsito de vehículos y hasta malos comportamientos o actitudes de nuestra población.

De esa cuenta, montón de veces nos hemos quedado todo el día con el paraguas o el suéter en la mano o bien, nos hemos perdido la oportunidad de disfrutar un despejado y soleado día de campo ante tan fatales y tremebundos avisos. ¿Cuántas veces hemos preferido quedarnos encerrados entre cuatro paredes por el temor que esa millonaria cantidad de vehículos que van a circular el día pronosticado que no nos va permitir siquiera sacar nuestros vehículos de los garajes? Lo que no se ha percatado la mayoría de nuestra población es que estos exagerados pronosticadores se mantienen manipulando a la población en su afán de contrarrestar un tanto el desprestigio de las entidades a las que representan, como es el caso de las municipalidades o de la Conred, las que han sido incapaces de cumplir con sus deberes para organizar eficazmente un tránsito de vehículos o de prevenir efectivamente tantos desastres.

A ciencia cierta, nuestro país no necesita de este tipo de pronosticadores, lo que se requiere es desarrollar todo un conjunto de políticas públicas para lograr que a mediano y largo plazo podamos apreciar el desarrollo de aquellos proyectos que logren al menos aliviar las situaciones que actualmente estamos padeciendo. A manera de ejemplo pregunto: ¿Cuándo será el día en que podamos ver un sistema de semáforos sincronizados en todo el Centro Histórico? ¿Cuándo van a dejar de autorizar la construcción de edificios de apartamentos que con cien, doscientos o más de ellos siguen sin planificarse anticipadamente un desarrollo vial en sus alrededores, para que sus futuros habitantes puedan dejar o arribar a sus hogares fácilmente? Digo todo lo anterior, porque en vez de estar perdiendo lastimosamente el tiempo en “pronosticar” sería mucho mejor “implementar” aquellas medidas que impulsen el desarrollo y no el retroceso de nuestro país.

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