La decisión del Presidente de Guatemala al anunciar el traslado de la Embajada de nuestro país en Israel, de Tel Aviv a Jerusalén no fue intempestiva sino es producto de una bien pensada apuesta a favor de la impunidad en el país y para acabar con la lucha contra la corrupción. Las mismas mentes que estuvieron aconsejando al Presidente cuando dispuso expulsar a Iván Velásquez declarándolo persona non grata son las que orquestaron el voto en Naciones Unidas contra la resolución que condenó a Estados Unidos por la decisión de trasladar su Embajada y luego, armado el tinglado, lanzaron a Morales a una nueva aventura de la que esperan buenos resultados porque Trump valorará mucho el apoyo de Guatemala, por insignificante que pueda ser en términos de política exterior.

“Trump anda viendo cómo logra evitar que la justicia lo alcance y por lo tanto sabe lo que le pasa al presidente Morales y lo verá con simpatía”, fue el argumento esencial de quienes montaron la estrategia. Es una apuesta astuta que recibió un importante aliento luego de la decisión del Departamento de Estado de consagrar como válida la reelección del presidente de Honduras, pese a que hasta esa cacharpa llamada OEA se dio cuenta del fraude electoral cometido. La empatía puede ser perfecta entre los dos gobernantes, ambos sentados en el poder sin ninguna experiencia política y con un pasado que les crea problemas de gran envergadura.

Y ocurre en el momento justo porque al nada más empezar el año quedará instalada la Comisión de Postulación para designar al nuevo Fiscal General de la República y no sería descabellado pensar que el creador de esta apuesta pueda terminar encabezando el listado para dejar a la Comisión Internacional Contra la Impunidad silbando en la loma por falta de apoyo del Ministerio Público en la persecución penal contra los sindicados de corrupción y para iniciar nuevas acusaciones.

Por supuesto que una movida como la que estamos viendo va mucho más allá del alcance del Presidente y de su equipo en la Cancillería. Se trata de un acto verdaderamente maquiavélico en el que quedan ahora cifradas todas las esperanzas no sólo del mandatario y su entorno, sino de aquellos que ya se encuentran enfrentando procesos y guardando prisión aunque sea en cárceles VIP, además de otros que sienten pasos de animal grande y temen que antes de que termine el período de la Fiscal Thelma Aldana puedan producirse nuevos lunes, martes, miércoles o jueves de CICIG. El tiempo dirá si acertaron con la apuesta.

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