El escritor Julio Cisneros rubrica su libro al ex radiotelegrafista Francisco Javier de León.

Dennis Orlando Escobar Galicia
Periodista

El libro de Julio Cisneros (Yupiltepeque, Jutiapa, Guatemala), recién presentado en una librería del país, es un conjunto de relatos escritos con sencillez y que estaban en la memoria de quien ahora es un destacado periodista guatemalteco radicado en Estados Unidos. Son narraciones breves de hechos que a él le contaron como producto de su interés de conocer la verdad en su vida cotidiana, otras de entrevistas periodísticas que realizó para editar documentales, pero también algunas en donde el mismo autor de la obra participó.

El libro, de 217 páginas, está dividido en 37 capítulos que no exceden de cuatro páginas. Su estructura es cronológica pero no lineal, en virtud de que, para obligar al lector a realizar una lectura comprensiva y adentrarse en la historia, hay capítulos que regresan a relatos anteriores y otros que se adelantan a hechos posteriores.

Por la profesión del autor Cisneros, periodista galardonado con varios premios por diversos reportajes de investigación, bien se puede encasillar la obra como un reportaje novelado de no ficción. A este respecto, la periodista y escritora mexicana Maritza L. Félix, en su breve prólogo nos dice: “En este libro, el autor nos muestra una realidad latinoamericana que los mismos gobiernos, cegados por la miopía política o la insaciable ambición, no han querido reconocer; en especial en Guatemala, un país que ha sido azotado por el crimen, la historia y la desgracia, y ha sido saqueado y mutilado por su mismo Ejército”.

Vale mencionar que Julio Cisneros trae en sus venas la profesión informativa: su padre fue telegrafista en varios departamentos de Guatemala, en donde se hizo acompañar de la familia; él mismo laboró de telegrafista siendo apenas muy joven, enseguida ingresó a la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Usac, al egresar de ésta y no encontrar mayores posibilidades de ejercer dignamente la profesión se fue a los Estados Unidos, donde afortunadamente se le abrieron las puertas del éxito.

“Siempre he creído que la realidad supera la ficción, por eso cuando pensé escribir un libro que reflejara el conflicto armado que enfrentó Guatemala y del cual fui testigo, pensé hacerlo en forma de novela basada en hechos reales. Sin embargo, cada vez que escribía una línea sentía que le hacía falta algo a la historia. Además me di cuenta de que el fenómeno de la inmigración hacia Estados Unidos está conectado a casi todos los conflictos armados que ha enfrentado no solo Guatemala, sino también el resto de Latinoamérica”, apunta Cisneros al inicio de su libro.

El impreso, en resumen, es la narrativa de un trayecto que el autor realiza de Arizona a Guatemala para hacer varios reportajes del patético viaje de los inmigrantes por el desierto de Sonora. Las historias desgarradoras de los entrevistados lo hacen volver a su pasado cuando era un niño y pudo presenciar, en los diferentes departamentos donde acompañó a su padre telegrafista, atroces actos de lesa humanidad cometidos por el Ejército en contra de la población, obligándola a huir hacia otros países.

La obra contiene dantescos relatos de crueldades cometidas durante el conflicto armado, a saber: “Presté atención al cadáver y para mi terror, descubrí que no tenía rostro. Se lo habían arrancado, quizá con un hacha. Sólo se observaban las cavidades de lo que en algún tiempo fueron sus ojos, su nariz y, una masa destripada de lo que fue su cerebro. No tenía manos, ni pies; de sus extremidades salían huesos quebrados, así, como cuando los pedazos de pollo son expuestos en los supermercados. Estaba completamente desnudo. Presté atención a una mancha de sangre que corría sobre sus piernas. Al subir mi mirada hacia su pelvis me percaté de que en su pene tenía insertado un alambre. De allí provenía la sangre.”

El libro hasta contiene un capítulo intitulado El presidente. Trata de cuando en el 2016, el ya premiado periodista Cisneros viene a Guatemala a realizarle una entrevista a Jimmy Morales. A quien ya conocía pero como comediante.

“–¿Es cierto que vendiste plátanos en la calle? –lancé mi primera pregunta.

–Nosotros ayudamos al abuelo a vender plátanos en el mercado, no teníamos un puesto de venta sino lo que teníamos era una carreta y un nylon que se tendía en el suelo donde se terminaban todas las ventas del mercado. Allí se ponían todos los plátanos”.

“Se trata de un relato sincero y honesto de hechos que ocurrieron en Guatemala y en el desierto de Sonora, en la frontera entre la potencia norteamericana y México. Esta es la primera vez que estos acontecimientos salen a la luz. Después de haberlos guardado por muchos años en lo más profundo de su mente, el periodista finalmente ha decidido desenterrarlos con sus propias manos del cementerio de los sueños perdidos”, anota la contraportada del libro, impreso en España por la Editorial VERBUM.

Un libro recomendado para quienes siguen sin comprender las causas que han orillado a que miles de guatemaltecos se hayan visto en la necesidad de inmigrar; empezando por nuestra flamante canciller Sandra Jovel.

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