Julio García-Merlos G.

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Julio R. García-Merlos

Es domingo por la mañana, mi café humea y me siento con el propósito de escribir sobre Guatemala. Hay tantas ideas en el tintero, la cercanía del bicentenario, nuestro país después de la pandemia, la crisis institucional en las cortes, pero en esta ocasión quisiera invitarlo a reflexionar ¿Qué es Guatemala? ¿El reflejo de las montañas en el Lago de Atitlán? ¿La imagen del sol que se recuesta sobre la selva de Petén? ¿El niño que acompaña a su papá a cultivar hortalizas en Almolonga? ¿O el muchacho que camina en el desierto de Arizona en busca de un futuro mejor? Todo eso es Guatemala, tanto contraste, sabor, belleza natural, cultura pero a la vez tanta pobreza e injusticia.

Da tristeza conocer los índices de desnutrición, indignación por el abultado número de menores de edad embarazadas y coraje por vivir en una sociedad acostumbrada a la cultura de la muerte y el despojo. Todo esto, a pesar de que vivimos en el mayor período de estabilidad política de toda nuestra historia. Con sus bemoles, el engranaje de las instituciones democráticas ha funcionado por treinta y cinco años continuos, sin embargo, la calidad de nuestras instituciones políticas es deficiente y aún no se consolida el Estado de Derecho, lo que propicia que no exista crecimiento económico para salir del tercermundismo.

Este 15 de septiembre, atípico, sin desfiles, ni antorchas, nos debe mover a reflexionar desde nuestros hogares o espacios laborales sobre lo que significa Guatemala para cada uno de nosotros. Que sea un día para reflexionar sobre nuestros actos, nuestros principios y valores comunes. Alejarnos del perfil de aquel que sigue al pie de la letra las instrucciones en un acto cívico y luego bota la basura en la calle, o el que desfila bajo el sol como muestra de patriotismo y unos días después le ofrecerá un soborno a un policía.

Que este martes reflexionemos sobre ¿Cómo contribuyo para que avancemos como sociedad? En el plano político, el bicentenario de la independencia y la pandemia que ha cambiado al mundo deben servir como impulsores de cambios sociales. Muchos de los problemas han sido diagnosticados, por ejemplo: La reforma constitucional en materia de justicia, los cambios en materia electoral, reformas a la ley de servicio civil, eliminación de trámites innecesarios, certeza jurídica, lo de siempre, lo que se ha diagnosticado y discutido hasta la saciedad, pero que no ha encontrado asidero en las prioridades de la clase política.

Buen día de la independencia, a replantearse Guatemala no solo como independiente entre los pueblos, sino como un país que ofrece a sus ciudadanos un entorno en el que cada individuo tenga la libertad de poder construir su proyecto de vida y luchar por alcanzarlo.

Julio García-Merlos
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