En medio de la vorágine de acontecimientos que vive el país, con la perspectiva certera de que está en marcha la instauración de una dictadura de la corrupción, ayer murió tras complicaciones médicas la colega Ileana Alamilla Bustamante, abogada y periodista que el lunes tomó posesión de la Presidencia de la Asociación de Periodistas de Guatemala, cargo gremial al que llegó por segunda vez con la elección de los afiliados a la institución.

Ileana reflejó a lo largo de su vida lo que significa el ejercicio de un periodismo honrado y comprometido, tanto con valores como el de la libre expresión, como con el derecho inalienable de los pueblos a estar informados. Abogada de profesión, vivió en el exilio durante los años críticos de nuestro conflicto armado y desde allí emprendió la tarea de implementar modelos de información alternativos que permitieran la difusión de noticias y opiniones que estaban vedadas aquí por el mismo fragor de esa confrontación. La creación del Centro de Reportes Informativos de Guatemala, Cerigua, marcó un hito al ofrecer otra perspectiva de lo que ocurría en esta patria nuestra tan poco socorrida.

Al volver a Guatemala convirtió a esa agencia de noticias en un medio para la expresión de las necesidades de la gente en la provincia y acogió a periodistas departamentales que se fueron moldeando y profesionalizando bajo su conducción y enseñanza. Se preocupó por la violencia contra los periodistas e hizo del tema lo que fue, posiblemente, la causa en la que más se comprometió en los últimos tiempos al ver el estado de indefensión de aquellos colegas que tienen que trabajar en regiones donde no hay presencia del Estado, lo que ha facilitado que el vacío sea llenado por el crimen organizado. Lo ocurrido con los colegas en Suchitepéquez fue un ejemplo claro y en buena medida la presión que forzó a la investigación del caso que ahora ya se encuentra judicializado.

Parte Ileana en un momento muy difícil para el país, cuando soplan vientos dictatoriales inéditos porque hemos vivido varias dictaduras personales o militares, pero nunca una dictadura planificada y diseñada para afianzar la corrupción y la impunidad. Hoy se publicó el último artículo de Ileana en su columna de Prensa Libre y en el mismo advierte los riesgos y peligros; llama al ejercicio de una comunicación responsable para establecer los puentes de comunicación que nos permitan, como país, salir de este dramático atolladero.

La APG pierde a su Presidenta y el gremio a una voz firme, clara y honesta, de esas que tanta falta nos hacen.

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