Luis Arreaga

En diciembre de 2015, Luis Arreaga, actual subsecretario adjunto de Estado para Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, escribió un artículo enfatizando que la lucha contra la corrupción es posible y explica algunas de las acciones realizadas para erradicar ese flagelo. Arreaga, de origen guatemalteco, fue nominado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para sustituir al Embajador de ese país en Guatemala, Todd Robinson. Aquí ofrecemos una traducción libre del artículo, tomado del sitio de la Embajada de Estados Unidos en Rumania, publicado en 2015.

Por Luis E. Arreaga, Subsecretario Adjunto del Departamento de Estado de los Estados Unidos para la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley.

Al igual que muchos de los que leen esto, no existe duda de que líderes empresariales con frecuencia enfrentan desafíos difíciles y aparentemente imposibles no solo para progresar, sino para tan siquiera subsistir. Como diplomático, muchos me han dicho que el terminar con la corrupción es un reto imposible. En tanto que el erradicar por completo una práctica que ha asediado la civilización desde sus inicios pudiera ser imposible, sí creo que puede reducirse de manera significativa la magnitud del daño que la corrupción hace a las personas, al gobierno reduciendo su credibilidad y al crecimiento de los negocios.

Los empresarios saben más que nadie lo que pesa la corrupción. Esta conduce a tener infraestructura y productos que comprometen no sólo la calidad sino también la seguridad; socava la credibilidad de los tribunales, tanto penales como civiles, y permite que los malos actores ganen influencia, desde los burócratas deshonestos hasta empresas relacionadas al crimen organizado y hasta terroristas.

Los países en donde florece la corrupción tienen economías que crecen de manera más lenta y enfrentan serios problemas con el crimen, con ciudadanos desilusionados del gobierno y con una reputación internacional mancillada. La corrupción imposibilita la innovación y convierte el ambiente de negocios menos competitivo y eficiente.

No hay duda que el éxito en contra de la corrupción requerirá mayor acción local e internacional, a efecto de liberar el progreso que el comercio, los países y las personas merecen y esperan. En noviembre, representé a los Estados Unidos en la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (UNCAC por sus siglas en inglés) en San Petersburgo. En el lugar, trabajamos con Rusia y más de 160 países para proponer, discutir y adoptar acercamientos sensatos para combatir la corrupción.

Para que estas naciones prosperen completamente, deben no sólo implementar los estándares anticorrupción y transparencia contenidos en el tratado de la UNCAC, sino además deben permitir a las organizaciones de la sociedad civil que desempeñen el papel fundamental que tienen de velar por la honestidad de las autoridades y potenciar la transparencia en beneficio de las personas. Tomando dichas acciones no sólo asegurará que se establezcan leyes idóneas, sino que además, que se cumplan por parte de la policía y los tribunales, permitiendo a la sociedad civil denunciar a quienes no cumplan con dichos estándares.

Además, hemos visto progreso en la campaña anticorrupción entre muchas de nuestros países aliados.

El gobierno de Estonia está aprovechando su experiencia en e-Gobierno y seguridad cibernética en el desarrollo de proyectos de asistencia para combatir la corrupción e incrementar la transparencia en Ucrania, Moldova, Kirguistán, Uzbekistán, Georgia, Bielorrusia, Palestina, Túnez, y Afganistán. Estonia ha sido un socio de Estados Unidos en varias iniciativas, incluyendo un proyecto de construcción de capacidades en e-Gobierno en Ucrania que se enfoca en la corrupción el cual fue cofinanciado a través del fondo del gobierno Emerging Donor Challenge Fund. Así como dice con frecuencia el Presidente de Estonia, Toomas Hendrik Ilves, “no puedes sobornar a una computadora”.

El Ministerio del Interior de Ucrania comenzó a crear una nueva fuerza policial en enero como un primer paso hacia la reforma nacional. Dos mil reclutas fueron seleccionados de entre más de 33 mil solicitantes. Los reclutas fueron capacitados para abordar temas como la trata de personas y la violencia doméstica – que son ahora los problemas más constantes debido a la situación actual de Ucrania. Entrenadores de la policía de los Estados Unidos de Ohio, Nevada y California sostuvieron reuniones mensuales, donde participaron activamente con los nuevos reclutas, cubriendo tácticas de patrullaje, comunicación y formas de ser más eficaces para responder a las necesidades de los ciudadanos. Los jóvenes oficiales hicieron un juramento de nunca aceptar sobornos, los cuales en el pasado contribuyeron a la reputación de la policía como uno de los servicios del sector público más corruptos de Ucrania.

Además, aplaudimos las acciones que Hungría ha tomado para reducir el fraude fiscal e incrementar la transparencia. Pero todavía hay mucho más por hacer. Un estudio internacional sobre la transparencia determinó que la corrupción afecta un porcentaje alto de proyectos de desarrollo financiados por la Unión Europea en Hungría, reduciendo enormemente el impacto positivo que estas inversiones pudieron haber tenido en la economía y sociedad. A pesar de que existen varios informes de corrupción de funcionarios, ningún funcionario de alto nivel del gobierno ha sido procesado ni se le ha hecho responsable por dichos crímenes.

Pero no solo los gobiernos deben actuar. Reconocemos que los más perjudicados por la corrupción son las empresas privadas y las personas comunes. Ellos son los que están utilizando productos defectuosos, pagan sobornos por servicios básicos, y se les niega la justicia cuando la necesitan. Como resultado, creemos que la sociedad civil, incluyendo pero sin limitarse a organizaciones no gubernamentales, tienen un papel que desempeñar. Creemos que ellos deberían ser observadores dentro de Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción y sus grupos de trabajo, así como participantes activos en los esfuerzos por combatir la corrupción, mientras desarrollamos, implementamos, y monitoreamos el progreso de establecer normas mundiales para eliminar la corrupción.

Además de una supervisión sustancial en la implementación de estas normas y estándares, existe la necesidad de una capacidad sólida de perseguir y procesar a aquellos responsables por la corrupción, para que ganancias ilícitas sean devueltas, en la mayor medida posible, a las víctimas de corrupción.

Para erradicar la corrupción necesitamos un enfoque dual: las autoridades tienen que procesar a los corruptos de arriba hacia abajo, y la sociedad civil tiene que funcionar libremente para cambiar actitudes de abajo hacia arriba.

Esto es sentido común, y hoy, en el día Internacional Contra la Corrupción, se nos recuerda que el momento de actuar es ahora.

La corrupción es un problema tremendamente grande; y los beneficios de reducir sus efectos dañinos son igualmente enormes. Está en nuestro poder hacer eso, y debemos tratar porque se lo debemos a nuestros negocios, nuestros países, nuestros gobiernos, y más que todo -a nuestra gente-.

Luis Arreaga es el Subsecretario Adjunto del Departamento de Estado de los Estados Unidos para la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, y fue Embajador de los Estados Unidos en la República de Islandia.

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