Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82

Guatemala vive el proceso eleccionario más complicado de la era democrática. Si ya en los anteriores dos procesos habíamos tenido asuntos que comprometían la credibilidad, ahora sí estamos en una muy complicada situación.

Prosperidad Ciudadana (PC) atravesaba las mismas vías de cancelación que la UNE y UCN. Esa es una realidad que no podemos tapar el sol con un dedo y es importante leer este trabajo porque dará contexto necesario.

Luego, el 6 de julio del 2022, reportamos esto aquí en La Hora: “Sandra rompió el pacto y PC no será cancelado para servir al oficialismo”.

PC obtuvo un amparo que le permitió seguir adelante y el magistrado Gabriel Aguilera del Tribunal Supremo Electoral (TSE) advertía que había un vacío legal que hacía más complicada la situación.

A raíz de eso se convocan a las asambleas y hay quienes aseguran que dado el vacío, la unidad de Organizaciones Políticas (OP) y el Registro de Ciudadanos (RC) del TSE avalaron la asamblea que hoy es la manzana de la discordia y hay otros que esgrimen que ese vacío facilitó “maquillar” la aprobación que nunca debió darse pero que se logró porque para el oficialismo PC era vital de cara a las elecciones.

VAMOS sabía que no podía albergar a todos los congresistas y alcaldes que había cortejado durante meses y que por eso necesitaba partidos satélites para hacer una mega alianza y Prosperidad Ciudadana era uno de ellos.

Pero algo pasó que a nivel Presidencial terminó siendo Carlos Pineda el ungido, cuando ya habían dado su palabra a Antonio Malouf.

Pineda no contó con que su alianza pasada con los Baldizón le iba a pasar factura y cuando estos vieron que el candidato presidencial iba teniendo tracción, presentaron un amparo que tuvo eco porque como dije el sábado eran muchos los factores en un solo caso.

El tema es que quizá Pineda nunca debió ser inscrito porque la Asamblea de PC nunca debió ser convalidada por el Registro de Ciudadanos pero en aquel momento el oficialismo estaba jugando un rol clave. Dilucidar por qué convalidaron es fundamental.

Alejandro Giammattei y Miguel Martínez han tratado de hacer muchos esfuerzos para ver cómo evitan parar como Juan Orlando Hernández y por eso los alarmó que en un partido en el que iban candidatos con vasos vinculantes con VAMOS, fuera un candidato que reconocía no tener visa. Al día de hoy no queda claro cuál es la relación Pineda – Giammattei, pero si nos atenemos a los hechos previos a la revocación de la candidatura, Pineda era muy cauto para hablar del Presidente y su Centro del Gobierno.

Si bien es cierto que la visa no es requisito, llamaba la atención saber que podíamos tener un Presidente que nunca iba a ser invitado a reunirse con Joe Biden o Donald Trump, toda vez que el año entrante hay elecciones en Estados Unidos y ellos se perfilan como los candidatos de demócratas y republicanos, respectivamente.

Y por eso es que ahora mucha gente expresa que invalidar un acto casi 6 meses después es una enorme mancha más al Tigre, una afrenta a la certeza jurídica que ahonda en el sentimiento que en Guatemala no hay Estado de Derecho y que en ocasiones los derechos adquiridos, claves en la certeza jurídica, tampoco se adquieren de manera correcta porque la asamblea de PC parece como que nunca debió ser aprobada por lo que ahora se señala.

Pareciera ser que a PC le toleraron cosas porque era clave para el oficialismo pero como las cosas se salieron de las manos, le otorgaron un recurso a los Baldizón (el condenado en Estados Unidos fue clave en las elecciones de estos magistrados) con el que eliminan candidaturas de PC, principalmente la de Pineda quien a su vez generó muchas dudas por ese tema de la visa y las acusaciones que Edmond Mulet le hizo.

Todo pinta muy turbio. El amparo que les dieron para no ser cancelados, las asambleas, las nominaciones y el nuevo amparo que lo bota todo.

En otras palabras, quién no ve que la institucionalidad está en trapos de cucharacha, que las certezas deben lograrse de manera correcta y que la autonomía e independencia han dejado de existir, creo que algo de la realidad no está tomado en cuenta.

El editorial de La Hora de ayer expresaba que si la mayoría está inconforme con el sistema, con la manera en la que opera la justicia, la pérdida de institucionalidad y credibilidad en las elecciones, es momento de ponernos de acuerdo en algo porque aún no hemos tocado fondo y las cosas se irán poniendo peor antes que se pongan mejor.

Lo positivo que hay en medio de todo está en riesgo y por eso debemos entender que algo se puede poner mejor si atinamos a ponernos de acuerdo y a tener una agenda acordada. Una cosa basta para iniciar y caminar.

 

 

 

Artículo anteriorLos partidos políticos y la duplicidad de plan de gobierno
Artículo siguienteRusia combate una supuesta incursión ucraniana que dejó 70 muertos