Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Una vez más el presidente Alejandro Giammattei y la fiscal general Consuelo Porras no tuvieron éxito para mantener oculta su enésima reunión, que según la misma secretaria de Comunicación Social, Patricia Letona, “son de rutina”.

Y es que cuando un Presidente está más enfocado en el negocio, cuando se recibió tanto dinero en campaña, cuando Gustavo Alejos jugó un rol clave en los deseos presidenciales en el Congreso y cuando hay evidencias que algunos rusos entregaron maletas en su casa (que no eran vacunas seguramente), se vuelve indispensable tener reuniones rutinariamente con la Fiscal General para intentar vivir en paz.

Porras ha dado la milla extra por la impunidad en favor del Presidente, pero le están reclamando que no es suficiente lo hecho y que le faltan acciones clave para tener una “verdadera tranquilidad”.
En función de eso, le reclaman que es necesaria la orden de captura en contra de Juan Francisco Sandoval porque “así el mensaje llega fuerte y claro a cualquiera que no haga caso a las órdenes de la señora Fiscal”. Ricardo Méndez Ruiz presiona a su Consuelo y a Rafael Curruchiche con el caso de Odebrecht que ya estaba cerrado en torno a Sandoval, pero lo volvieron a abrir pues saben que solo justificar con que es “izquierdista” los hace ver muy mal. Cómo lo van a “sustentar” es la pregunta que todos los estudiosos del derecho están esperando.

Pero el plan no termina ahí. Le han demandado a Consuelo Porras que se necesitan 10 Cinthias Monterroso para dirigir las agencias fiscales que tiene la FECI (en total son 10 en la ciudad de Guatemala y una agencia en Quetzaltenango) porque mientras sigan habiendo fiscales comprometidos con la justicia y la verdad, el Presidente y Miguel Martínez se sienten en riesgo.

Y para eso, han encomendado al círculo de la Fiscal General que encuentre a las personas. Buscan entre las amistades y conocidos de los fiscales leales a la impunidad las opciones que se tienen. Hay avances en las investigaciones que tienen sin dormir a muchos y por eso necesitan agentes que se hagan los locos, que “se peleen” con jueces, etc. Por esos avances, es que Miguel Martínez terminó saliendo a España/Andorra previo a la salida de Sandoval de la FECI.

Y obvio está que esas cosas no se pueden abordar en reuniones públicas y ante ello, la necesidad de mantener ocultos los encuentros.

La jugada es una apuesta peligrosa que sigue fomentando los esfuerzos de aquellos ya sancionados por Estados Unidos que nos quieren aislados, copiando modelos de Venezuela y Nicaragua en torno al uso que los Presidentes hacen de la Fiscalía General.

¿No se dan cuenta, los que le hacen Porras a la dupla de Giammattei y Desconsuelo, que el efecto de esta impunidad tan burda repercutirá tarde o temprano en el campo económico?

Esta impunidad que genera Porras provoca indignación en la gente y muchas veces, la gente indignada se desespera y al verse sin opciones migra. El país necesita una ruta de oxigenación y debemos responder los ciudadanos que lo entendemos, con el afán de sentar las bases con acciones y propuestas que nos permitan evitar caer completamente en las redes del totalitarismo.

Es una carrera contrarreloj porque las preocupaciones de Giammattei y Martínez son tantas, que reclaman a Porras mostrar más compromiso con la impunidad y acrecentar su divorcio entre fe y vida.

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