POR GRECIA ORTÍZ
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Ronalth Ochaeta, experto en políticas públicas, explicó en una entrevista para La Hora que la implementación de programas sociales es acertada; sin embargo, destacó que en el país existe poca transparencia en su aplicación y por lo tanto el objetivo de los mismos deja de ser efectivo en la lucha contra la pobreza.

¿Cree que el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) representa un elemento importante en la reducción de la pobreza?
Para eso se diseñó, pues parte de las grandes responsabilidades que tenemos como país es tener una institución líder que permita generar políticas públicas orientadas a la reducción de la pobreza. La idea o concepto de desarrollo social no es nada nuevo, es algo que viene desde hace años, parte del enfoque de los años 90, que es neoliberal, decía que el mercado iba a generar bienestar, que disminuiría la pobreza, eso fue lo que nos vendieron.
Pero la política neoliberal fracasó en su creación de bienestar, de políticas orientadas al desarrollo, entonces, hubo un planteamiento de parte de los gobiernos, que no fue casualidad, que a partir de los años 2000 se tengan gobiernos de corte progresista. No fue casualidad que la UNE haya impulsado los programas sociales, yo sí creo que aquí lo que tenemos que hacer es cambiar el rol del Estado para que le apueste a la subsidiaridad y a la lucha contra la pobreza, pero bien focalizada, bien diseñada, eso implica invertir socialmente.

¿Y los programas no responden a aspectos de clientelismo?
Responde a un tema del clientelismo, pero responden no tanto a que los programas sean proselitistas, sino a que los políticos se aprovechan de los programas. Existe un riesgo populista de la lucha contra la reducción de la pobreza y es un tema que se estudia a nivel latinoamericano, no es que sea un problema única y exclusivamente de Guatemala, es regional.

¿Se puede evitar el clientelismo en los programas sociales?
Sí, en México hay un sistema de rendición de cuentas que es espectacular. Uno puede entrar a sus sistemas y puede ver cuánto está gastando el Estado, los lugares, quiénes son los beneficiarios, por qué se eligió, cuánta plata se invirtió. Chile, México, Brasil, Uruguay tienen unos programas de rendición de cuentas impresionantes. Aquí es un tema de voluntad política.

En ese sentido, ¿qué le falta al Mides?
Es un Ministerio que fue botín político del último Gobierno. Es necesario generar diseños de política social y pública enfocada a la reducción de la pobreza que sean técnicos y que apliquen mecanismos anticorrupción que sean efectivos para que esa inversión social sea suficiente. El tema es que los programas no tienen esta parte desarrollada y cada año se reduce más el presupuesto del Ministerio, no tienen mecanismos en donde uno diga esos programas son eficientes. Para mí si es indispensable replantear el rol de la política social del Estado porque los últimos datos de la encuesta del Encovi son tétricos.

¿A qué regiones deberían ir enfocados los programas?
Los programas deben estar enfocados a nuestro contexto para que sean eficientes, deben ser culturalmente pertinentes. Entonces, ahí entra la otra gran crítica, porque nuestro rol es un copy paste de otros países. Yo defiendo la política social y la pobreza, pero no defiendo instituciones que tienen grandes deficiencias de diseño. Es una gran problemática que el mismo presidente Jimmy Morales mencionó, tenemos un Ministerio que está cooptado, se privilegia a los grandes financistas, nuestros programas están mal focalizados y se utilizan de manera clientelar, entonces no estamos haciendo nada.
Hay que invertir en grupos vulnerables como todas aquellas personas que están en situación de riesgo, es decir, aquellas personas que se les están vulnerando sus derechos. Con este tipo de programas se busca romper la pobreza generacional, en el futuro estamos creando políticas de contención porque si en futuro hay más pobres tendremos más problemas.

¿Es viable que esa institución cambie de entregar alimentos a utilizar una tarjeta para repartir los aportes?
Sí, pero depende de cómo sea. Por ejemplo, yo sé que en otros países ha funcionado, pero deben ser programas pertinentes. Por ejemplo, nos vamos a una aldea de Cobán, allá no hay luz, no hay agua potable, no hay POS, y aparte, las tiendas que hay ahí no son tiendas registradas en la SAT. Es fabuloso que incentivemos la economía local porque ayudamos a que las Mypimes se vayan desarrollando, pero dándoles una tarjeta de débito debemos de pensar en la estructura financiera del país, y pensar si esas personas podrán utilizar ese dinero. ¿Qué hará el Ministerio? ¿Los va a capacitar? ese no es rol del ministerio es del sistema financiero bancario del país.

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