Foto: José Orozco/ La Hora
Foto: José Orozco/ La Hora

La aparición anoche de un grupo de vendedores del Mercado La Terminal con palos para agredir a los manifestantes que piden la renuncia de Consuelo Porras y compañía constituye la demostración palpable de que están moviendo todas las piezas para que pueda continuar el asedio a la democracia y el esfuerzo por darle cara vuelta a la voluntad popular. El tono agresivo y violento de quienes fueron a amenazar a los manifestantes no deja duda de que están dispuestos a usar más que palos para cumplirle a quienes los financian, de manera que parezca que es una parte del pueblo la que está en contra de las acciones que buscan defender la democracia.

La situación se vuelve cada día más tensa porque es obvio que es demasiado lo que está en juego y están dispuestos a utilizar cualquier recurso para consolidar sus planes de mandar por un tubo la voluntad popular expresada en las urnas. Todas las manifestaciones que se habían realizado hasta ayer, de parte de quienes defienden la democracia, han limitado la locomoción, pero no han recurrido a la violencia y la gente da la cara sin usar mascarillas o capuchas, porque se trata de un legítimo ejercicio de los derechos ciudadanos.

Importante mención ha de hacerse en torno a la necesidad de liberar pasos para que la gente pueda circular y evitar enfrentamientos. Se entiende el hartazgo, pero la gente que no puede moverse también está cansada, no apoya a Consuelo Porras y necesita moverse para seguir avanzando. Es vital que eso se entienda para no generar un efecto adverso en quienes han demostrado que quieren vivir en democracia.

En cambio, los agresores que de momento únicamente mostraron palos, pero que por el tono de sus declaraciones se puede suponer que están dispuestos a usar cualquier forma de violencia, se cubrieron los rostros tal y como lo vienen haciendo los agentes del Ministerio Púbico cuando realizan sus acciones para incautar documentación relacionada con las elecciones. Pero quien habló en nombre de ellos fue de las vendedoras del Mercado La Terminal que dirigieron las actividades de inicio y cierre de campaña que Sandra Torres realizó, precisamente, en ese centro de actividad comercial.

Siempre hemos dicho que el espectro de la corrupción es muy amplio y que no se queda únicamente en la política o el sector público y es obvio que en el esfuerzo por preservar las ganancias que ha dejado tanto vicio están dispuestos a sacrificar mucho, financiando acciones de personas que se prestan para defender a quienes atropellan la voluntad popular. Son los mismos que se encargaron de regar en las redes sociales el infundio de la escasez de combustible, puesto que se trata de hacer cualquier cosa o barbaridad para tratar de exacerbar las cosas.

Insistimos en que se están cocinando acciones muy serias para crear caos y justificar el uso de la fuerza. Liberar pasos es vital sin dejar de poner atención en las acciones de Porras y Cía.

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