Licenciado Mario Alfredo Alvarado Vela
Usac- Escuela de Historia

El paso del siglo XIX al XX trajo consigo muchas innovaciones en las conmemoraciones de La Pasión de Cristo en nuestro país, fruto de ello también será la reorganización de las antiguas cofradías en Hermandades de laicos comprometidos con la iglesia Católica en momentos difíciles producto de las diversas persecuciones, por parte de los gobiernos liberales para con el clero y estas expresiones de culto exterior.

En el caso del culto a Jesús Nazareno de Candelaria su antigua cofradía fue reorganizada con el apoyo del padre Mariano Iturbide en el año de 1898, bajo el gobierno eclesiástico de Monseñor Ricardo Casanova y Estrada quien había regresado al país tras vivir un destierro.

En este mismo contexto mejorarán las relaciones entre la jerarquía católica y el estado liberal guatemalteco, comenzando por permitir el retorno de los presbíteros desterrados y la reapertura del Seminario Menor, esto bajo la Presidencia del general José María Reina Barrios.

La devoción al Nazareno de los ojos verdes aumentó a tal punto que la tarde del 3 de febrero de 1917 fue solemnemente consagrado por parte del arzobispo Monseñor Raymundo Riveiro y Jacinto OP, siendo la primer escultura en recibir dicho reconocimiento en la Nueva Guatemala de la Asunción.

En este contexto el 4 de noviembre de 1923 la Hermandad de Jesús Nazareno de Candelaria comienza con la impresión del semanario El Nazareno, un órgano de información pionero para su época, pero por sobre todo novedoso en cuanto a sus distintas secciones, y que viene a ser un referente para el estudio de la historia de la Semana Santa guatemalteca de inicios del siglo XX.

Siendo un órgano de información sobre las actividades propias de la parroquia de Candelaria y de la iglesia Católica en general, es importante citar que para esta época de los años 20 del siglo pasado la administración del mismo semanario, será por parte del señor José Luis Moraga, con lo que podemos apreciar cómo ya la circulación de este medio de comunicación había crecido, por lo que ya había demandado una mejor organización, desligando el cura párroco de Candelaria la administración y organización del mismo en un laico de su confianza, como se puede observar al leer el directorio de este semanario en todas sus ediciones.

Como hemos logrado demostrar el semanario El Nazareno a lo largo de los años 20 logró no solo posicionarse dentro del ideario social de la Nueva Guatemala, sino también logró generar interesantes aportes para poder entender varios aspectos de la vida de la ciudad en la época en la que este semanario circulaba y cobraba gran notoriedad por sus interesantes secciones.

En este mismo contexto desde su fundación, hasta 1930 el semanario logro mantenerse en la cúspide de adquisición de los guatemaltecos, situación que no fue igual en la década siguiente al primer número en circulación, esto por diversos motivos que apuntaremos:
•    La crisis económica que golpeó a Guatemala con motivo de la gran depresión.
•    La circulación ya no semanal sino quincenal del semanario.
•    El hecho de volverse una publicación ya no dependiente de la Hermandad de Jesús Nazareno de Candelaria sino de los patrocinadores.
•    El agrandamiento de los ejemplares a tamaño carta, situación que alzó los costos de la producción del mismo.

En este sentido es importante decir que pocos ejemplares de los años 30 se encuentran para su consulta en la Hemeroteca Nacional, haciendo con ello más difícil de realizar la investigación y análisis correspondiente para el efecto.

En este contexto es importante anotar que dentro de las pocas publicaciones encontradas y revisadas de los años 30 se encuentran, interesantes datos hasta ahora desconocidos o que no habían logrado difundirse de la mejor manera, siendo estos los siguientes:

A: Listado completo de las obras musicales del maestro Manuel Moraga, publicados y citados con breves reseñas de las obras del citado músico. (El Nazareno 1937, número 628).
B: Reseña Biográfica de Monseñor Herlindo García; sacerdote de gran presencia en la sociedad guatemalteca, fue párroco de Nuestra Señora de Candelaria y gran promotor de la consagración de Jesús Nazareno por parte del Arzobispo Fray Raymundo Riveiro y Jacinto, un personaje no solo de resaltar para el catolicismo sino que también ayudó a la mejora de las relaciones entre la Iglesia y el estado liberal. (El Nazareno 1938, número 638).
C: Historia de la festividad de Cristo Rey en Guatemala, una descripción completa que narra el origen de la celebración de esta festividad en Guatemala, y como esta se encuentra ligada desde el año 1927 a Jesús Nazareno de Candelaria, situación que aclara múltiples dudas sobre la citada festividad religiosa y la importancia de la misma porque buscaba realzar el reinado social de Cristo en el estado liberal guatemalteco. (El Nazareno 1938, número 652).

Lamentablemente hasta el año de 1938 tenemos referencias del Nazareno, de ahí no se encuentran más números para poder seguir con el análisis y poder encontrar más aportes de este interesante semanario, siendo el ultimo consignado en la Hemeroteca el número 655 de fecha 15 de diciembre de 1938.

Posterior a ello no hay más referencias que nos hablen que pasó con la circulación del semanario, pero quedará para las futuras generaciones de colegas historiadores poder retomar la investigación y determinar realmente ¿por qué y cuándo? Dejo de circular esta interesante fuente de investigación para comprender la realidad social de la Guatemala de inicios del siglo XX.

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