Las variantes de SARS-CoV-2 son cada vez más frecuentes. Foto la hora: Ap.

Alfonso Mata

Los logros en corto tiempo

Las variantes de SARS-CoV-2 son cada vez más frecuentes y ante ello el mundo no se cruza de brazos.

  • Ante variantes más frecuentes, más rápidamente son identificadas.
  • Al combinar enfoques clásicos con moleculares actuales para modelar enfermedades infecciosas y patogénesis con tecnología de secuenciación y aprendizaje automático, los centros de investigación identifican nuevos mecanismos del huésped por los cuales el virus causa enfermedades y del virus para hacerlo.
  • Por otro lado, se ha estado estudiando las terapias que pueden resultar más prometedoras.

De tal manera que son grandes los avances en el esfuerzo por desarrollar una terapia antiviral que ya ha tenido un control duradero de la replicación para el caso de algunas enfermedades. Esas experiencias se están trasladando al caso del SARSCoV2 y finalmente, es de admirar que en tan poco tiempo, ya existan laboratorios con equipos multidisciplinarios de médicos, científicos e ingenieros, identificando constantemente panel de anticuerpos más amplios y potentes contra el SARS-CoV-2.

Algunos de esos anticuerpos se encuentran actualmente en desarrollo clínico para el tratamiento y la prevención de COVID-19. Además existe esfuerzo por investigar la patogénesis y el mecanismo molecular que subyace a la infección por SARS-CoV-2, con el fin de aportar nuevas soluciones a las pruebas, el tratamiento y la prevención de COVID-19.

¿Qué significa realmente variantes o mutación?

La mutación y la evolución de cualquier microorganismo van de la mano; es una artimaña de la naturaleza para que sobrevivan las especies. Una gran cantidad de veces esto es presentado como anormal o alarmante, cuando no lo es. Pero la realidad es que aún nosotros mutamos todo el tiempo aunque sea en cosas mínimas y podemos verlo en nuestros hijos: nada que ver con sus padres más que en algunas cosas. Así que la realidad es que los virus de ARN mutan todo el tiempo. Y esto es algo que nos podemos evitar.

En lo que nos diferenciamos microorganismo y mamíferos cercanos a nosotros, es en la velocidad y tipo de mutación. Pareciera que esa tasa y velocidad de mutación, está en relación con el tamaño del genoma. Y como puede verse, desde las bacterias superiores, hasta personas como nosotros, organismos complejos que usamos ADN como material genético, tenemos una tasa de mutación mucho más baja y un genoma mucho más grande que los virus de ARN como el SARS-CoV-2. Pero hay algo más en esto. Si estos virus de ARN tienen una tasa de mutación muy alta, se debe en parte porque la enzima que copia el genoma no tiene capacidad de corrección de pruebas como la tiene el ADN. Y además de eso, los genomas son relativamente más pequeños, comparados con los nuestros y comparados con la mayoría de los genomas de ADN. Lo que significa que una mutación en esos virus ARN, tienen una mayor probabilidad de tener un impacto funcional.

Suponga usted que un virus ingresa a su cuerpo (virus parental) a una célula que es susceptible a él y se replica, producirá muchos quizá miles de virus nuevos, virus de progenie y en cuestión de minutos. Conforme más se replican, algunos de éstos no tendrán una copia fiel del genoma copiado del padre virus. Algunas de esas mutaciones pueden no tener ningún efecto. Algunos de ellos pueden tener un impacto negativo sobre el virus. Entonces, tal vez van a necesitar un nuevo lugar crítico para replicarse y llevar a cabo su ciclo de replicación. Esto se conoce como una partícula de interferencia defectuosa o un mutante que tiene un genoma defectuoso. Esto estaría bajo una selección evolutiva negativa.

A veces, esa mutación puede ocurrir en un lugar o huésped que le da al virus una ventaja sobre el virus parental o hace que el virus se adapte mejor o pueda replicarse de manera más eficiente, o pueda infectar células de manera más eficiente o pueda invadir el sistema inmunológico del huésped de manera más eficiente y este virus estará bajo selección evolutiva positiva. Eso significa que después de otra ronda de replicación, después de que estos viriones de la progenie salgan e infecten nuevas células, el mutante que tiene la mutación ventajosa, rápidamente superará a los virus ancestrales más antiguos y tomará el control.

Así que, este es un proceso muy normal que ocurre cada vez que los virus tienen la oportunidad de replicar. Desafortunadamente el SARS-CoV-2 ha tenido muchas oportunidades de replicarse y entonces como un resultado de eso, hay muchas variantes en todo el mundo y la mayoría de esas variantes, no tendrán ningún impacto funcional que confiera ventaja al virus, al menos por el momento.

Al principio, teníamos el linaje A. Esta fue esencialmente la raíz de la pandemia, el virus parental original que surgió por primera vez en la población humana. Y luego, a medida que ese virus se transmitía a nuevos hosts, comenzó a divergir. Vemos que algunos de esos linajes se extinguen y, efectivamente, ya no circulan, como el de Seattle. Vemos otros como el linaje B, que dio lugar a todas las variantes de las que estamos hablando hoy.

A medida que ha pasado el tiempo y más gente se contaminaba, el virus ha continuado moviéndose a través de la población humana, y se han visto algunas mutaciones como la del gen D614, en el cual la proteína de punta se fija, porque ofrece una ventaja de aptitud para el virus; le ayuda a replicarse más. Y eso, a su vez ha dado lugar a todos estos sublinajes de los que estamos hablando hoy. Muchas de estas variantes no tienen ningún tipo de impacto funcional. Pero muchas de ellos lo hacen.

El genoma del SARS-CoV-2 si dice por los expertos que contiene bastante genoma, aunque es muy pequeño en relación al genoma humano es bastante grande para un virus de ARN. Y estas mutaciones se esparcirán por todo este genoma. Ocurren al azar. Pero acá empiezan las sorpresas. Aunque gran parte de la cobertura de noticias hace que parezca que las únicas mutaciones que ocurren es dentro de la proteína de pico o el dominio de unión al receptor de la proteína de pico, en realidad están dispersas por todo su genoma, tanto en las proteínas estructurales como en la envoltura del pico de la membrana y en la nucleocápside, nucleoproteínas, así como a través de las proteínas no estructurales en todo el genoma. Y eso puede tener diferentes efectos. Algunos de ellos pueden no tener ningún efecto en nuestro cuerpo. Algunos de ellos pueden tener un impacto funcional. Pero los científicos en estos momentos los únicos que realmente han estudiado en detalle son las mutaciones en la proteína de pico. Pero hay otros. Y por consiguiente no podemos decir que todo ha sido bien estudiado. La liebre puede saltar en cualquier momento y en cualquier lugar.

Los estudios se han centrado en las mutaciones de entrada por qué:

La razón más importante es que este tipo de estudio, tiene obvias implicaciones para el desarrollo de terapias como las vacunas. Algunos de esos estudios son compartidos, aunque actualmente no sabemos si eso se hace con entera honestidad. Pero el fondo de todo esto, es que el virus tiene múltiples mecanismos para aumentar la transmisibilidad. Y es por eso que esas variantes de entrada se consideran variantes preocupantes, porque hay un impacto funcional que afecta la trasmisibilidad y eso genera mutantes que tiene relevancia para la pandemia.

Por consiguiente, cabe esperar dos impactos principales en eso de la mutación, de los que debemos preocuparnos. Uno es el aumento de la transmisibilidad, la otra, un impacto en el desarrollo de las vacunas en el largo plazo.

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