Factor Méndez

fmendez21@gmail.com

Defensor Derechos Humanos. Catedrático. Periodista/Escritor. Estudió Derecho, Derechos Humanos y Trabajo Social en Guatemala, Honduras y Costa Rica. Catedrático San Carlos y Rafael Landívar. Fundador Centro de Investigación, Estudios y Promoción de Derechos Humanos CIEPRODH. Autor de ensayos y artículos sobre temas sociales, políticos, memoria histórica y Derechos Humanos.

post author

Factor Méndez Doninelli

En solidaridad con los colegas periodistas Michelle Mendoza y Oswaldo Ical Jom, amenazados, intimidados y acosados por ejercer derechos y libertades humanas y constitucionales de pensamiento, expresión, información, investigación, divulgación y comunicación.
“No se oculta la verdad atacando periodistas”.

El 1 de mayo se conmemora el Día Internacional de los Trabajadores en la mayor parte de países pues hay algunos que no celebran ese día. Para la mayoría es una celebración simultánea casi mundial en la que por regla general, la clase trabajadora organizada se toma las calles de las ciudades para hacer escuchar su voz y gritar a los cuatro vientos las reivindicaciones, exigencias y demandas relacionadas con la defensa y dignificación de los derechos laborales que en ocasiones con beligerancia y vehemencia encabezan luchas para arrancarle a Gobernantes, a las élites y empleadores mejores condiciones de salarios y prestaciones, de horarios, de seguridad e higiene laboral, de libertad y organización sindical para mejorar las relaciones obrero patronales y erradicar las condiciones de sobre explotación de la mano de obra.

Es también la fecha en que se recuerda a los dirigentes pioneros y mártires de Chicago que a finales del Siglo XIX dirigieron la huelga de los obreros estadounidenses para exigir que la jornada de trabajo de dieciséis horas fuera reducida a ocho, tal como se logró después de largas y violentas luchas de los trabajadores. La disminución de la jornada laboral a ocho horas sigue vigente hasta nuestros días y ahora las demandas son otras, vinculadas a las nuevas formas de explotación de la fuerza de trabajo derivadas del apetito voraz de las élites, el neoliberalismo y la irrupción de la robótica. Esas épicas jornadas de lucha en los albores de la era industrial hicieron historia, trazaron el camino para fortalecer la organización sindical, la reivindicación de los derechos laborales y la participación organizada de la clase trabajadora. Y después de eso, los trabajadores del mundo entendieron la importancia y necesidad que tiene la actuación y participación organizada en sindicatos para la defensa eficaz y efectiva de intereses, derechos y libertades laborales.

El covid-19 y las nuevas condiciones laborales. Han pasado 135 años desde las jornadas de lucha sindical ocurridas en Chicago y todo indica que al menos en los países capitalistas industrializados las condiciones de vida de la clase trabajadora siguen sin mostrar progresos significativos, quiero decir que persisten la sobre explotación de la fuerza de trabajo, los bajos salarios, las jornadas extenuantes que exceden las ocho horas de trabajo, la desigualdad e inequidad de salarios entre hombres y mujeres, la ausencia de prácticas de seguridad e higiene, el aumento de enfermedades ocupacionales y ahora como resultado de la pandemia que azota a la humanidad entera han aumentado también los índices ya elevados de desempleo, desocupación y hasta reducción de salarios.

Desafíos de la clase trabajadora. Estamos en el Siglo XXI y aún queda mucho por hacer. Hay que seguir construyendo, fortaleciendo y consolidando la organización sindical, la participación activa, consecuente y beligerante de los trabajadores, las alianzas estratégicas con otros sectores y actores sociales organizados, la equidad de género en la militancia sindical, la formación y potenciación de conocimientos y la lucha constante en la defensa de los derechos sindicales y populares.

Artículo anterior¡La vacuna no es la cura, pero evita colapso del sistema de salud!
Artículo siguienteEl Pueblo, la reserva moral para derrotar a las mafias