foto: Ministerio de Salud

La existencia del coronavirus es una realidad que tenemos que encarar seriamente y en la que las autoridades están llamadas a jugar un papel importantísimo porque son las que deben proporcionar flujos serios de información real y verdadera a la población para evitar que los rumores y falsedades se adueñen de la opinión pública. Por ello es que cada vez que hacen algún anuncio tiene que ser no sólo veraz sino asumiendo los hechos tal y como son, evitando subterfugios que los dejan en evidencia y comprometen su credibilidad ante la ciudadanía.

Desafortunadamente en algunos casos se ha seguido el ejemplo de Estados Unidos donde el Presidente no escucha ni entiende a la comunidad científica y dispara sus propias tesis basadas, según sus propias palabras, en “corazonadas” respecto a la dimensión del problema y sus consecuencias, especialmente en el tema de la mortalidad que puede provocar la epidemia.

En el caso de Guatemala es preciso establecer mecanismos serios de difusión de las informaciones precisas sobre lo que puede y debe hacer la población. Se afirma que estará lista una línea telefónica para atender consultas de las personas que puedan sentirse afectadas por la enfermedad, pero es preciso que se establezcan los protocolos de atención que van desde las mismas personas que atenderán las llamadas y que debieran concluir, idealmente, con una red constante de mensajes que se puedan enviar utilizando la red de telefonía móvil del país para tener acceso aún a los lugares más recónditos.

Ante la certeza de que el mal llegará, no hay mejor política que la de mantener una amplia y objetiva red de información para que todos sepan cómo actuar si alguien cercano o ellos mismos resultan contagiados por el virus. La rápida propagación que se ha dado a lo largo y ancho del mundo es un elemento que nos debe obligar a acelerar el paso preparando esas campañas para asegurar que todos los guatemaltecos, independientemente de su ubicación o de su condición económica-social, puedan estar debidamente informados.

Estamos seguros que todos los medios de comunicación estarán dispuestos a ofrecer sus espacios y recursos sin costo para la propagación de los mensajes que se elaboren con la seriedad y objetividad del caso. Es un asunto de interés general y las empresas estarán dispuestas a ponerse al servicio de la comunidad en una situación de crisis que puede tener efectos muy serios en un país donde la abundancia de niños desnutridos y de ancianos que no gozan de ninguna atención médica puedan morir en medio del abandono.

Redacción La Hora

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