Se habla mucho de la forma en que el Estado guatemalteco ha sido capturado y cooptado tanto por el poder económico tradicional como por el emergente, ambos beneficiarios de la corrupción que les permite aumentar sus riquezas. Sin embargo, esa situación no hubiera sido posible, ni sostenible, sin la certeza de la cooptación de la justicia que a partir de las Comisiones de Postulación se ha vuelto absoluta, como lo demuestran las resoluciones que se dictan y las declaraciones de algunos de los actores que admiten haber sido influyentes en la carrera profesional de quienes ocupan las magistraturas.

No es que en Guatemala hayamos tenido alguna época de justicia efectiva, pronta y cumplida, pero la que tenemos ahora es peor que aquella que nos convirtió en el país de la eterna impunidad. Y es peor porque las más oscuras mafias son las que tienen y ejercen el control en las instancias decisivas. Cierto que tenemos y hemos tenido jueces ejemplares que han desafiado al sistema con sus fallos, pero no olvidemos que éstos tienen que ser resueltos, finalmente, por una segunda instancia donde ya el control es mucho más rígido.

Por ello no es casual el “matrimonio de conveniencia” entre un político acusado de hechos criminales, como Felipe Alejos, con uno de los operadores de las Comisiones Paralelas, tal y como la CICIG definió el trabajo que se hacía para cooptar la justicia. Fredy Cabrera reconoció sus relaciones con los magistrados y no hay que ser mal pensado para entender por qué es ahora candidato presidencial del partido Todos. Candidatura que cobra especial relieve en estos días porque la Corte Suprema de Justicia que deberá conocer de nuevo al antejuicio contra Alejos está integrada por muy buenos amigos de Cabrera.

Tan importante para desnudar los vicios de la Nación fue la investigación de la Cooptación del Estado que realizaron conjuntamente la CICIG y el Ministerio Público, como la otra que desnudó la forma en que operan las Comisiones de Postulación Paralelas, aquellas que operaban bajo la mesa estableciendo los contactos con los diputados que tenían que elegir a los propuestos. Las Comisiones de Postulación surgieron como una idea para arrebatar a los políticos el control del Sistema de Justicia, pero terminaron siendo el instrumento para que las mafias pudieran convertirse en el gran poder y hoy tenemos, a pesar del experimento de la CICIG, un sistema de impunidad mucho más efectivo y hasta diríamos que perfecto porque tiene el control efectivo de todas las instancias de investigación y proceso penal para evitar la cárcel a los pícaros.

Redacción La Hora

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