Alfredo Saavedra

Desde Canadá.- El trágico suceso, la semana pasada, con la matanza de 17 jóvenes estudiantes en Marjory Stoneman Douglas High School de Parkland, Florida, Estados Unidos, no solo ha conmovido con inmenso dolor a las familias de las víctimas sino a un gran sector de la población estadounidense que, además de acongojado ha reaccionado con justificada ira por la ineptitud de las autoridades de evitar hasta lo imposible la repetición de estos hechos ya numerosos en los últimos tiempos y de continua existencia por décadas con pérdida de valiosas vidas en esa nación.

Lo que se puso en evidencia esta vez, ha sido la incapacidad de evitar el cometido, pues el FBI, conforme la información divulgada con amplitud por los medios de comunicación, recibió aviso de un conocido del hechor, en enero, al dar cuenta de que el sospechoso, Nikolas Cruz, poseía armas de fuego y habría amenazado con cometer esa fechoría en la escuela de Parkland con el extremo de que lo hizo saber por medio del YouTube. En un comunicado el FBI admite que en efecto se recibió esa información y la trasladó a la agencia de Miami para investigar, pero al parecer no lo hizo.

Ante la situación descrita, el gobernador de Florida, Rick Scott, exigió la renuncia del Director del FBI, al considerar inaceptable la falla de esos servicios al tener en sus manos la valiosa información que hubiese evitado la tragedia. El gobernador Scott dijo que con la admisión del error no se les devolvería la vida a los 17 jóvenes estudiantes asesinados.

Durante el curso de la semana estudiantes de High School en todo el país han realizado demostraciones y en particular frente a la Casa Blanca en demanda de una acción para el control de la venta de armas en crítica fuerte en contra del presidente Donald Trump quien se ha hecho eco del criterio de varios congresistas republicanos que aseveran “que el problema no son las armas, sino de quienes las usan” peregrina justificación ya rechazada por el público. Sin embargo, hay voces ecuánimes como la del congresista republicano Rand Paul, que se opone a la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que protege el derecho de los estadounidenses de poseer y portar armas de fuego. Anacrónica ley promulgada en 1789. La excongresista demócrata, Gabrielle Giffords, de Arizona, atacada a balazos hace unos años, cuando estaba en funciones, lo mismo que el presidente de la Campaña para la prevención de la violencia por armas, así también Jeremy Stein de CT against gun violence, han estado activos procurando la abolición de la veterana ley.

Lo que ocurre aquí, declaró el senador demócrata Richard Blumentahl, es que las armas son expendidas como “artículos de primera necesidad”, pero es de notar que también entre los demócratas hay representantes que no presionan para el control de las armas, lo mismo que entre los legisladores republicanos los hay que rechazan la venta indiscriminada de armas. Por cierto que la National Rifle Association, patrocinadora del comercio de armas de fuego, de acuerdo con noticia de CNN, favorecería con la dotación de millonarios sobornos a republicanos entre ellos los congresistas Paul Ryan, Marco Rubio y otros, para que ignoren las exigencias ante ese organismo de los opositores al armamentismo.

Para los estadounidenses consecuentes con la urgencia de que se reglamente de forma austera la venta de armas, están presentes en la memoria la reciente matanza en Las vegas, con decenas de muertos y centenares de heridos y el recuerdo del no muy lejano también oprobioso suceso en Sandy Hook Elementary School el 14 de diciembre de 2012 en Newton, Connecticut, donde Adam Lanza, mató a 20 niños de 6 y 7 años y a seis profesores. Todo eso con antecedentes largos de enumerar y entre los que se cuenta también la masacre en Columbine High School, en Jefferson, Colorado, que motivó una muy importante documental del cineasta Michael Moore, que se tradujo en la buena disposición de famosos almacenes como K Mart, Target, Walmart, de no vender nunca más armas ni municiones, lo que cumplieron al pie de la letra. (Con base en los diarios Toronto Star, New York Times y Washington Post).

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