Edgar Villanueva

Pronto llega el fin de año y las tradiciones nos enseñan a desear al prójimo un próspero año nuevo. Al decir “Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo”, estamos con una expectativa que el receptor tenga un año de mayor éxito económico y social y en las condiciones actuales de nuestro país, me pregunto si desear prosperidad se ha convertido más en un sueño que en una aspiración.

La economía no tuvo un próspero 2017, aunque en el 2016 todos deseábamos una mejoría. Todo lo contrario, el crecimiento económico bajó y con él, otros índices económicos que no nos permiten augurar un mucho mejor 2018.

Las inversiones tampoco crecieron en el 2017, en gran parte por un ambiente hostil hacia las inversiones existentes causado en gran parte por  la falta de certeza jurídica y el estancamiento de la facilitación para hacer negocios en el país.  Tampoco se augura un próspero 2018 si tenemos en cuenta que la segunda inversión más grande del país continúa parada por una simple y llana desidia judicial.

El Congreso hizo lo que quiso en el 2017 y parece que solo tenían consensos para aprobar transas y beneficios personales y de sus redes de clientelismo y corrupción. No se logró reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos, se volvió a negociar turbiamente el Presupuesto y el 2018 nos recibe con elección de Junta Directiva como burlándose de los que creemos en un próspero año nuevo.

Pero en nosotros los guatemaltecos está la construcción de una verdadera prosperidad en 2018.

Empecemos por proponernos respetar la ley. Es una propuesta de año nuevo muy simple y que puede durar todo el año. No nos quedemos parados en las intersecciones (si, aunque usted no lo crea, la Ley lo prohíbe), ni paguemos mordidas. Formalicemos nuestro negocio y paguemos al centavo nuestro ISR y no nos saltemos las trancas con los trámites. Exijamos a nuestros diputados, jueces y al gobierno que se centren en la transparencia y en fortalecer el estado de derecho y las instituciones.

Y también seamos valientes e invirtamos. Empecemos el negocio que hemos soñado, hagamos el viaje al interior del país que tanto hemos postergado, comamos en pequeños establecimientos y démosle ánimo a los emprendedores.

Seguramente nos tocará un 2018 lleno de retos y de problemas, pero en nosotros está sentar las bases para un próspero 2020, 2025 y 2035. Empecemos con la Ley, el trabajo y la inversión, lo demás lo podremos ir abordando en el camino.

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