Danilo Santos

dalekos.santos@gmail.com

Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

post author

La actuación de ayer del Ministerio Público deja claro que el partido oficial y sus aliados, están dispuestos a todo.  En columnas anteriores venía describiendo cómo nos estaban cocinando a fuego lento y cómo la calma chicha que vivíamos se parecía a estar en el ojo de un huracán, en calma, pero en peligro total.

Ya pasó la calma, ya subieron la temperatura, estamos en pleno zafarrancho y de lo que hagamos ahora, depende el futuro inmediato del país. Si creían que estábamos polarizados, esperen a que los gorilas salgan a defender el golpe de estado fraguado desde el MP; qué haremos: inclinarnos, permitir que el miedo nos paralice, o plantar cara a los corruptos, sus mafias y su poder.

Los argumentos de la fiscalía a cargo del caso que armaron contra el Tribunal Supremo Electoral y Semilla, son totalmente ridículos, imposibles de sostener de manera seria, además de ser inviables jurídicamente. Decir que hubo fraude desde el Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares, es descabellado, tendría que haberse hecho una operación que sólo afectara las actas de la Elección Presidencial en primera vuelta, dejando intactas las Diputaciones Distritales, del PARLACEN, Listado Nacional y las Municipales.  Además, tendría que existir preferencia por Semilla, en el pleno de magistradas y magistrados del TSE. 

Por otro lado, lo que plantea el MP, según ellos, debe ser aceptado por el TSE y anular las elecciones.  Esto no puede pedirlo más que la Corte de Constitucionalidad.  

En resumen, quieren anular el proceso electoral y lo que tocaría sería que el TSE convoque de nuevo a elecciones: lo cual implica que haya TSE, de momento no se puede conformar el pleno y faltan suplentes por elegir desde el Congreso de la República.  Por otro lado, el “poder” sería entregado al Congreso de la República para que este decida una Presidencia de la República temporal, y esta presidencia a su vez, proponga una terna para la Vicepresidencia, la cual nuevamente, sería elegida por el Congreso.  En el ínterin, el TSE debería organizar las elecciones en medio de la cancelación de Semilla, procesos abiertos a otros partidos y la inscripción de nuevos partidos. Es decir, una total locura y una propuesta a modo para el partido oficial.  Es atrevido que ofendan la inteligencia de la población guatemalteca con este plan tan burdo.

La magistrada Blanca Alfaro, abiertamente ha dicho que los resultados se mantienen firmes y que el MP no puede cambiarlos, hacerlo sería romper con el orden constitucional, en otras palabras, un Golpe de Estado.

Así las cosas, lo sucedido en 2015 con el gobierno de Otto Pérez, debería quedarse pequeño frente a lo que está pasando actualmente con el gobierno de Alejandro Giammattei y sus satélites gorilescos y corruptos.  Si dejamos que esto se consolide, el efecto en nuestras libertades y en los frijoles que llevamos a la mesa, será grande.  Esto afectará a todos, pobres, ricos, empresarios, “emprendedores”, periodistas, iglesias, medios de comunicación, gremios, empresas, y un largo etcétera.  Aunque no quieran los gorilas, aunque no quieran los corruptos, Semilla debe asumir la Presidencia de la República, así como alcaldes, alcaldesas, diputadas y diputados electos.  Cualquier acción que obstaculice lo anterior, es un intento de irrespetar la decisión popular, una burla a la población que salió y decidió en las urnas.  Se perdería lo poco que tenemos de democracia electoral en Guatemala.

 

Artículo anteriorCostumbres de nuestras Navidades, dar regalos y pedir “posada” 
Artículo siguienteLa oración del Hijo de Dios