Han transcurrido siete meses desde que el paso de las tormentas tropicales Eta e Iota provocaron la crecida del río Polochic, afectando varias localidades de Alta Verapaz, uno de los departamentos más golpeados por las lluvias y vientos en esos días; Quiché, Huehuetenango, Petén e Izabal, también resultaron con daños considerables.
Esteban Sarat, quien es originario de Quetzaltenango, pero que labora en Cobán, relató a La Hora que en la aldea Campur, ubicada en San Pedro Carchá muchas personas regresaron a sus viviendas “porque todo se secó, las aguas regresaron a su nivel y reconstruyeron sus casas con láminas que empresas privadas y la comunidad internacional les donó”.
La mayoría de los vecinos de esa localidad perdieron todo lo que se encontraba en el interior de sus residencias “pues el agua estuvo reposada por mucho tiempo y les arruinó sus televisores, estufas, aparatos y todo lo demás”, indico Sarat quien ha observado de cerca la situación de esa comunidad y ha compartido con sus habitantes.
Cuando se le preguntó si han recibido ayuda del Gobierno expresó: “no, aquí no han ayudado a las familias con nada, para ellos Alta Verapaz está en el olvido”.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), aún no dictamina si Campur es o no habitable, esa localidad estuvo bajo el agua desde el 5 de noviembre de 2020 hasta el 16 de enero pasado, sin embargo, ha sido habitada de nuevo.
Sarat aseguró que en ninguna de las localidades afectadas se ha observado a personal de Conred, mucho menos personal del Gobierno. “Al principio sí, hasta vino el presidente Alejandro Giammattei, pero tuvo que salir corriendo porque la gente estaba muy molesta y tuvo que dar su discurso en Izabal”, dijo.
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LA REALIDAD DE CAMPUR
Ramón Cu Xol, secretario del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) de Campur, estima que un 85% de los pobladores volvieron a sus casas, a pesar de que la localidad carece de energía eléctrica y la distribuidora de este servicio, en este caso Energuate, no puede reconectarlos hasta que la Conred extienda una certificación que determine que el lugar está fuera de riesgo.
La cantidad de lluvia que cayó durante Eta e Iota en extensas áreas de Alta Verapaz alcanzó valores muy altos. De acuerdo con estimaciones del repositorio del Sistema Bibliotecario de la Universidad de San Carlos, en ese departamento llovió entre 150 y 200 milímetros de agua en 24 horas.
ASIES: SE NECESITA VOLUNTAD POLÍTICA PARA AYUDAR A LOS AFECTADOS
A criterio del analista económico de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), Luis San José, se requiere de más voluntad política para atender a los afectados por las tormentas Eta e Iota.
“Estas acciones tan lentas representan un gran riesgo y en este caso se requiere más voluntad política y buscar acercamientos con los alcaldes, pues ellos deben conocer las condiciones de la población”, remarcó.
Además, mencionó que el desconocimiento sobre cómo enfrentar estas situaciones y el mal manejo de los recursos públicos, se da porque no se cuenta con una planificación.
“Se limita las capacidades económicas de los damnificados porque no se da un intercambio comercial que les permita sobrevivir” y recuerda que la ausencia del Estado “obliga a muchos habitantes a migrar, pues algunos se movilizan a la ciudad y otros toman la decisión de irse a Estados Unidos”.
El profesional lamentó que en Guatemala no se cuenta con un plan de contingencia, el cual se pueda ejecutar ante el paso de desastres naturales y responda a los riesgos que representa.
El acuerdo 199-2020 le dio vida a partir del 10 de diciembre al Gabinete Específico de Reconstrucción por los daños causados por las depresiones tropicales Eta e Iota, el cual funcionará por un año y el mismo no se reúne desde hace más de un mes.
SOLO EL 3.5 % DEL PLAN DE RECONSTRUCCIÓN HA SIDO EJECUTADO
El jueves, la Comisión de Previsión y Seguridad Social del Congreso, que preside el diputado Orlando Blanco de la Unidad Nacional de la Esperanza, citó a autoridades del Ministerio de Finanzas, Ministerio de Comunicaciones Infraestructura y Vivienda, así como de la Conred, para conocer los avances de la ejecución de programas de apoyo a favor de los afectados por Eta e Iota.
Durante la reunión se expuso que para la reconstrucción se necesitan unos Q2,537 millones y de este monto la ejecución actual es apenas de Q80 millones, lo que representa un 3.5%.
Los daños por las tormentas ascienden a unos Q6 mil millones tanto en el sector público como en el privado, según indicaron las autoridades.
LOS DAÑOS
De acuerdo con los datos de la Conred, tras el paso de Eta e Iota por Guatemala, se reportaron 4,331 viviendas con daño severo, 59,407 viviendas con daño moderado y 19,082 viviendas con daño leve, esto según una actualización publicada con fecha 27 de abril de 2021.
Sin embargo, el Ministerio de Comunicaciones detalla que fueron 2,696 viviendas dañadas severamente por las tormentas Eta e Iota; el costo por reconstrucción será de Q38,500 por cada casa.
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