Aunque su vida tomó un rumbo diferente al que esperaba, el guatemalteco Estuardo Moreno desde Nueva York recalca que la música siempre estará presente para él y por eso no olvida su paso por varios grupos musicales chapines con los que causó sensación hace algunos años. Ahora trabaja en un negocio propio dedicado al enderezado y pintura de vehículos.

Moreno no pierde la simpatía y conexión con las personas como en sus años de artista, entre risas y de una manera muy amena comentó a La Hora Voz del Migrante que es originario de la zona 18; recordó que antes de integrarse a algunos grupos musicales se dedicaba a vender enciclopedias.

“Luego como a los 23 o 24 años ingresé a una primera agrupación de merengue que éramos cuatro jóvenes en ese entonces y se llamaba Impacto, luego hicimos audiciones para entrar a otras agrupaciones como Tormenta Band, Contacto, Artillería, Grupo Caliente. No recibió al grupo, pero como un integrante de Tormenta Band se iba a venir a Estados Unidos y como yo era vocalista me llamaron”, destacó.

El guatemalteco integró el grupo Impacto entre 1996 y 1998, después en 1999 se unió a Tormenta Band hasta 2001.

 

SUS DESEOS DE SUPERACIÓN LO LLEVARON A EE. UU.

Como deseaba dedicarse a un negocio propio se retiró, pero Manolo Coronado, encargado de varios de los grupos musicales guatemaltecos lo convenció de empezar otro proyecto, “Los Muchachos del Merengue”, con el que estuvo de gira por el país.

Sin embargo, con el tiempo los sueños y deseos de superación con su familia lo llevaron a pensar en migrar hacia Estados Unidos, “es bien difícil hacer dinero allá como artista y yo quería subir mi nivel económico, quería una casa y ahí fue que yo emprendí la travesía de venirme”.

UN CAMBIO DRÁSTICO

Cuando solicitan a un artista guatemalteco en NY, el connacional dice que siempre busca participar en diferentes actividades, “hace dos semanas estuve en una kermesse chapina, y estuve de presentador y me pusieron en temas de recuerdo”.

Haciendo un repaso de sus inicios en el extranjero, mencionó que un familiar le enseñó el oficio del taller de enderezado y pintura, ya que al migrar a EE. UU. se buscan trabajos que generen recursos para pagar deudas y enviar remesas.

“A mí lo primero que me ofrecieron fue trabajar en este taller de enderezado y pintura de vehículos, ahí empecé lavando carros, lijando para prepararlos, fue bastante difícil porque después de estar bien bañadito y perfumadito en el escenario pasaba ocho horas con la espalda doblada; fue un cambio drástico, pero cuando se viene acá ya se sabe que es a trabajar duro”, remarcó.

TIENE SU PROPIO NEGOCIO DE ENDEREZADO Y PINTURA

El guatemalteco tiene más de 20 años dedicándose al enderezado y pintura, ahora lo hace por su cuenta, “aquí lo que es taller de enderezado y pintura es como una universidad, usted empieza limpiando carros, pero se tiene la opción de ganar más por hora y todo depende de cómo se aprende”.

 

Moreno se propuso aprender más y por eso sabe cómo armar y desarmar un carro, entre otros trabajos, “puse mi propio negocio bendito sea Dios y ya vienen amigos y personas que me refieren”.

Impulsar su propio negocio no fue una tarea sencilla, porque tuvo que tramitar varios permisos, pero con la bendición de Dios, recalcó que todo es posible.

SE REUNIÓ CON SU FAMILIA

Cuando decidió migrar dejó a su familia, pero con el deseo de reunificarse con ellos gestionó su llegada a ese país y desde hace varios años se encuentran en EE. UU. “al año traje a mi familia y también mi hermano estuvo unos meses antes”.

Al tenerlos junto a él se sentía completo y bendecido, eso lo motivó a superarse y a buscar formas para movilizarse, “no podíamos manejar vehículo porque no teníamos permiso y entonces con mi esposa en ese entonces compramos bicicletas y les pusimos una silla atrás y así nos íbamos a comprar, fue bonito eso”.

Moreno tiene tres hijos, dos hijas de 20 y 18, así como un adolescente de 13 años, “así es como considero que Dios me ha bendecido, porque desde el primer año que vine encontré superación”.

ASÍ LOGRÓ SUPERAR RETOS

Uno de los primeros retos como en muchos casos para él fue el del idioma, pero al final lo ha ido superando, “uno va aprendiendo”, también enfrentó la dificultad de no tener vivienda, pero eso lo superó con mucho trabajo y esfuerzo.

“Le digo que cuando venimos acá nos hacemos a la idea de que es bonito y disfrutamos, pero en realidad se tiene hasta enfermedades porque hay mucho estrés, porque rápido se empieza a extrañar a todos, la comida es un conjunto que se genera, luego que uno no está acostumbrado a trabajar duro”, contó.

LA MÚSICA A TIEMPO PARCIAL

Aunque la música forma una parte especial de su vida Moreno no la retomó a tiempo completo, así que solo es algo ocasional en su vida pues ahora sus energías las dedica a su negocio.

Su consejo a los guatemaltecos es que siempre tomen en cuenta a Dios y trabajen con mucha dedicación en donde se encuentren, porque esa puede ser la llave al éxito, “no se sabe qué les tiene preparado Dios y de repente son los manager o los dueños de esos negocios. Aprender es superfácil y Dios nos dio un cerebro maravilloso”.

Ver más MIGRANTES CONTIGO
Grecia Ortíz
Periodista y Comunicadora de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Reportera para el Diario La Hora desde 2015. En la actualidad trabajo contenido para La Hora Voz del Migrante, en temas de interés para los connacionales en Estados Unidos y otros países.
Artículo anteriorBarrientos afirma que en Gabinete conocerán Estado de Sitio en San Marcos
Artículo siguientePerú: supuesta infidelidad de expresidente es canción viral