Por FRANK JORDANS y KEN MORITSUGU/AP

Las calles, plazas y carreteras lucían desiertas en gran parte del mundo el sábado, a medida que se multiplicaban las cuarentenas y los toques de queda ante un coronavirus que avanza rápidamente y que somete a los sistemas de salud de muchos países a una gran presión.

Tres estados de Estados Unidos con una población combinada de 70 millones de habitantes confinaron a sus residentes. California fue el primero en decretar la cuarentena el viernes y Nueva York e Illinois seguirán sus pasos el fin de semana. Connecticut y Oregon se estaban alistando para tomar medidas similares.

En España, casi una semana después de comenzaron a aplicarse restricciones estrictas a la libre circulación y el cierre de la mayoría de las tiendas, la policía intensificó sus esfuerzos para hacer cumplir las reglas de confinamiento con multas y patrullas adicionales para evitar que los habitantes de la ciudad con residencias de descanso salgan de la ciudad durante el fin de semana.

España tiene ahora el tercer mayor número de infecciones en todo el mundo. El sábado reportó casi 5.000 casos nuevos en 24 horas, con un total de casi 25.000. El número de muertos aumentó a 1.326, frente a los 1.002 del viernes.

Más de 1.600 pacientes estaban internados en unas unidades de cuidados intensivos que, según las autoridades, estaban al límite de su capacidad. Madrid es la región más afectada con cerca de 9.000 casos.

A medida que los hospitales y hogares de ancianos se abrumaban bajo la carga de la pandemia del virus, las autoridades sanitarias españolas han reconocido que algunas unidades de cuidados intensivos en las áreas más afectadas están cerca de su límite. Las autoridades reconocieron que esperan que los contagios sigan aumentando antes de que estas medidas puedan revertir la tendencia.

El ejército español estaba construyendo un hospital de campaña con 5.500 camas en un centro de convenciones en Madrid, donde los hoteles también se están convirtiendo en salas para pacientes con virus sin problemas respiratorios graves.

En Alemania, las alguna vez bulliciosas plazas al aire libre se callaron en Baviera y otros lugares, donde lucían vacías luego de que el estado fue el primero de Alemania en pedir a la población que no salga de sus casas excepto para ir a trabajar, comprar comida, ir al médico o hacer ejercicio. La policía reportó un descenso en el número de personas que se saltaron la cuarentena con respecto a la noche anterior.

Colombia fue la nación sudamericana más reciente en anunciar medias similares y Sri Lanka clausuró todas sus autovías por un toque de queda durante el fin de semana.

En África, el número de pacientes con COVID-19, la enfermedad causada por el virus, superó los 1.000, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades del continente. Al menos 40 de las 54 naciones del continente tienen casos confirmados.

En todo el mundo se han confirmado más de 284.000 casos, de los cuales más de 11.800 han muerto, según un conteo de la Universidad Johns Hopkins. Casi 90.000 personas se han recuperado ya.

La mayoría de los infectados sufren síntomas menores, como fiebre y tos, y se recuperan en cuestión de semanas, pero el virus es altamente contagioso puede propagarse a través de personas que no muestren síntomas. Además, puede derivar en enfermedades graves, como neumonía, especialmente en pacientes mayores o con enfermedades previas. La gran mayoría se recupera.

Pero con los hospitales ya bajo presión, las autoridades están desesperadas por evitar, o al menos limitar, que se repita lo ocurrido en China y en el sur de Europa. A principios de año, el brote superó a los servicios médicos de Wuhan, la ciudad del centro de China donde se descubrió el brote en diciembre, y ahora está llevando al límite a los de Italia, España y Francia.

El creciente número de casos de Italia ha frustrado a los funcionarios de salud. Las declaraciones de las autoridades al comienzo del brote habían aumentado las esperanzas de que las nuevas infecciones pronto pudieran comenzar a desaparecer, pero el viernes los funcionarios informaron aumentos récord, con 5.986 casos nuevos y 627 muertes adicionales. El país, que tiene el brote más grande de Europa, ahora tiene 47.021 casos y 4.032 muertos.

El sábado entraron en vigencia reglas más estrictas para el cierre de parques y parques infantiles en todo el país, en un intento desesperado por disuadir a los italianos de congregarse al aire libre.

El estado de Baden-Wuerttemberg, en el suroeste de Alemania, se ofreció el sábado a recibir pacientes de la vecina región del este de Francia que sufre un incremento de casos y donde los hospitales están ya sobrepasados.

En Gran Bretaña, que está por detrás de Italia, España y Francia en cuanto a la propagación del coronavirus, el sistema de salud se está resintiendo ya.

El Servicio Nacional de Salud, financiado por el Estado, tiene alrededor de 4.000 camas en cuidados intensivos y unos 5.000 respiradores artificiales, pero según los expertos son muchos menos de los que se necesitarán cuando repunten los contagios en las próximas semanas. El gobierno pidió a 65.000 médicos y enfermeras retirados que vuelvan a trabajar.

En Rusia, donde se espera una ola de infecciones, los trabajadores se apresuraban a construir una clínica cerca de Moscú para atender a cientos de pacientes con coronavirus. Se han erigido carteles al estilo de carteles de propaganda soviética cerca del sitio, con uno que muestra al alcalde Sergei Sobyanin señalando al espectador y el lema «¡Constructores, los minutos cuentan!».

China ha estado enviando ayuda a varios países europeos, aprovechando la experiencia ganada en la lucha contra el virus, que se descubrió en el país en diciembre. Un vuelo de Air China con 18 toneladas de ministros, incluyendo cientos de miles de mascarillas quirúrgicas y de protección, aterrizó en la capital griega, Atenas, en la mañana del sábado.

A medida que la pandemia se modera en Asia, la preocupación ahora es evitar que repunte. China y otras partes de la región están evitando importar nuevos casos desde Europa y Estados Unidos, entre otros lugares.

La Comisión Nacional de Salud de China reportó el sábado que en el territorio continental no hubo nuevos contagios locales por tercer día consecutivo, aunque se detectaron 41 importados en las últimas 24 horas. Esto siguió a un repunte de los contagios en la ciudad semiautónoma de Hong Kong el viernes, que incluyó 35 pacientes llegados desde el extranjero.

China está aliviando poco a poco las restricciones al movimiento mientras trata de reactivar su economía sin llevar de vuelta el virus. Las autoridades de Wuhan permiten ahora que los supermercados y tiendas abran de 09:00 a 18:00 horas si están en zonas sin casos confirmados o posibles. Una persona de cada casa puede salir a la calle una vez al día por un máximo de dos horas para hacer las compras.

El zoológico de Beijing anunció que reabrirá sus zonas al aire libre el lunes, pero los visitantes deben llevar mascarillas y reservar sus boletos con al menos un día de antelación. La mayoría de los grandes museos y atracciones del país llevan casi dos meses cerrados para frenar el virus.

En Estados Unidos, las restricciones de movimiento entraron en vigor en el primer minuto del sábado en Illinois y el domingo lo harán en Nueva York. Todos los empleados de negocios no esenciales deberán quedarse en sus casas y en Nueva York quedaron prohibidas las reuniones. Se harán excepciones para comprar comida y medicamentos o hacer ejercicio.

Además, la Casa Blanca anunció que un miembro del equipo del vicepresidente, Mike Pence, dio positivo al coronavirus. Según una vocera, la persona contagiada no tuvo un contacto cercano con Pence ni con el presidente, Donald Trump.

Las cuarentenas en California y en otras regiones volvieron a hundir las bolsas. Wall Street tuvo su peor semana desde la crisis financiera de 2008, con el índice industrial Dow Jones perdiendo más de 900 puntos y bajando un 17% en la semana.

BMW anunció el cierre de una enorme fábrica en Carolina del Sur del 3 al 19 de abril y Nissan dijo que suspenderá la producción de vehículos por el cierre de dos plantas en México desde el próximo miércoles al 14 de abril. La producción automotriz se reanudó en China, aunque parcialmente.

Colombia fue el último país sudamericano en anunciar una cuarentena para combatir el COVID-19, luego de Perú, Ecuador y Venezuela.

Su presidente, Iván Duque, anunció el viernes en la noche que la población tendrá que aislarse en sus casas desde el martes y hasta el 13 de abril. La capital, Bogotá, inició su propia cuarentena el viernes, cuando sus calles, normalmente atestadas de vehículos, quedaron casi desiertas.

El país tiene 158 casos confirmados y las autoridades esperan que esta drástica medida limite el número de contagios las próximas semanas.

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