El 15 de octubre de 2022 será la fecha en que se decida oficialmente el futuro de las 46 federaciones y asociaciones deportivas guatemaltecas pues, de acuerdo con una carta del Comité Olímpico Internacional (COI), la suspensión del Comité Olímpico Guatemalteco (COG) será efectiva a menos que las autoridades encuentren una “solución aceptable” a la crisis derivada de sus elecciones internas.
Esta suspensión no solo supone para los atletas cambiar la bandera nacional por la blanca en los Juegos Olímpicos, sino un impedimento para recibir financiamiento por parte del Movimiento Olímpico y, desde la perspectiva de la misma comunidad atlética guatemalteca, un estancamiento en sus sueños y aspiraciones en el deporte de alto rendimiento.
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RETENCIÓN DEL FINANCIAMIENTO
El Comité Olímpico Guatemalteco cuenta con un presupuesto institucional anual, el cual para 2022 fue aprobado por Q111,912,400. Para el 2023 la propuesta planteada por el Organismo Ejecutivo asciende a Q129,361,200.
Además del aporte constitucional, cada año el COG recibe del COI aproximadamente USD$1 millón, según lo confirmado por Willi Kaltschmitt Luján, miembro honorario del COI en Guatemala. En los cuatro años del ciclo olímpico la suma se traduce en casi Q31 millones.
Parte del aporte está dirigido al programa de retención de talentos, un apoyo económico mensual a 322 atletas de 40 ramas del deporte, según las cifras oficiales del COG. Una de ellas es Idalis Palacios, patinadora guatemalteca federada, incursionada en el deporte desde hace catorce años.
“Yo puedo pagar mi deporte gracias al sueldo que me da el COG y si ese pago mensual a mí se me retira, yo dejaría de patinar”, expresó la patinadora.
Idalis Palacios: Existen deportistas que viven para ver algún día la bandera de GT en un podio
Las repercusiones se extienden también a los técnicos deportivos, de administración y operación, pues, 138 entrenadores y técnicos de alto rendimiento dejarían de percibir el aporte del programa de atención técnica; y dejarían de recibir su pago otros 74 técnicos deportivos y 78 técnicos de administración y operación.
“Los entrenadores estamos esperando que todo se oficialice”, refirió José María Solís, técnico nacional de la Federación de Bádminton. “No sé qué es lo que va a pasar y es definitivamente para nosotros una incertidumbre si vale la pena seguir en este nivel. Es de esperar noticias y ver qué se puede seguir haciendo por el deporte”, agregó.
PARTICIPACIÓN EN IMPASSE
Willi Kaltschmitt Luján recordó que el COI está compuesto de dos grandes pilares: las federaciones internacionales y los comités olímpicos nacionales. Los procesos de clasificación para los Juegos Olímpicos dependen de cada federación internacional, estas pueden ser a través de eliminatorias directas -el caso de la mayoría de deportes-, rankings o marcas impuestas.
No obstante, la mayoría de federaciones internacionales acatan las reglas del COI, “unas más que otras”, de acuerdo con el representante.
A finales de 2021, José Ramos llegó a sus segundas olimpiadas buscando una medalla nacional de judo para Guatemala. Según explicó, su clasificatorio no se verá mayormente afectado por la actual crisis.
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“Tengo que ir participando y sumando puntos para clasificar a los Juegos Olímpicos, no me afecta mucho no participar en los Juegos Centroamericanos y Panamericanos porque las competencias que me clasifican son aparte”, amplió.
Ramos es el judoca guatemalteco con más representaciones en unos Juegos Olímpicos y a pesar de no obtener una presea en Tokio, el joven prometió seguir entrenando. Esta promesa persiste hasta la fecha.
“Estamos todos iguales con qué va a pasar porque no podemos influir en nada, solo esperar las decisiones y sí desmotiva un poco. Es un poco complicado porque a nosotros no nos dicen nada, solo lo que nos enteramos por las noticias. No sé qué pasará, pero yo seguiré entrenando y preparando para lo que sea”, dijo.
AFECTACIONES SE EXTIENDEN A LA REGIÓN
La misiva del COI enviada el 1 de julio de 2022 reiteró que los Comités Olímpicos Nacionales deben estar libres de interferencias en su gobernanza interna. Respaldando este criterio, y tomando en cuenta “la inseguridad administrativa y financiera que supone tal situación”, la Organización Deportiva Centroamericana (Ordeca) comunicó el 14 de septiembre la cancelación de los Juegos Centroamericanos de 2022.
Para algunos atletas federados los Juegos Centroamericanos son el primer paso para aspirar a las olimpiadas, a esta le siguen los Juegos Centroamericanos y del Caribe, los Panamericanos y finalmente los Juegos Olímpicos, los cuales tendrán por destino a París, Francia en 2024.
En esta edición de los Centroamericanos, se tenía previsto que Guatemala aportara dos sedes para albergar a 14 disciplinas, una de ellas la competencia de ecuestre en las ramas de adiestramiento y salto.
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Isabel de Monroy, jueza internacional de la Federación Ecuestre, describió que este panorama no solo afectará a Guatemala y sus atletas, sino a los otros países que buscaban participar en los Juegos Centroamericanos.
“Los caballos vienen desde el 22 de octubre, los oficiales ya reservaron fechas. Ya se había planificado desde hace más de un año. No solo perjudica a Guatemala, sino que a los demás países también porque ellos iban a utilizar estos juegos para también clasificar a Centroamericanos y del Caribe. Es bien complicado porque entonces ahora, ¿cómo van a clasificar?”, señaló Monroy.
Aunque la preocupación de la jueza originaria de Guatemala también se centra en los recursos financieros que dejarían de percibir los atletas ecuestres para la realización de campamentos educativos y la organización de concursos nacionales.
“Este es un tema político donde los más afectados son los atletas. No se está viendo el alcance que esto puede tener, no solo para deporte élite, sino también para los otros deportes”, lamentó.
COMPETIR CON LA BANDERA BLANCA, ¿ES LO MISMO?
José María Solís entrena a Nikté Sotomayor y Kevin Cordón, badmintonistas olímpicos de Guatemala. El técnico comentó que son nueve los atletas inscritos también en el programa de retención de talentos, algunos de ellos con casi 20 años de preparación.
Solís describió el ambiente entre los deportistas como desmotivante y triste. “En este caso es algo político que les está afectando su preparación. Como dicen ellos: ‘gente detrás de un escritorio tomando decisiones a nivel deportivo que vienen prácticamente a perjudicar la preparación de atletas. Vienen prácticamente a destruir los sueños de estos jóvenes en cuestión de días, con una simple firma”, expresó.
Aunque la situación de la federación de bádminton recae aún en la incertidumbre, Solís opinó que competir en las olimpiadas con la bandera blanca “no es sano para nadie” ni justo, pues “el mayor orgullo de un atleta es representar a su país con su bandera”.
Comunicado oficial ORDECA 🥹 pic.twitter.com/qpHWtaE3t8
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El judoca José Ramos también proyectó con aflicción no poder competir con la insignia guatemalteca, aunque resaltó: “los demás atletas lo reconocen a uno por el país, a veces no tanto por el nombre. Uno se ve motivado cuando ve la bandera o cuando escucha el himno porque muchos nos identificamos con ello. Si nos toca competir con la bandera blanca lo haremos siempre sabiendo que en el fondo lo hacemos por Guatemala”.
Además de preocuparse por la imagen internacional de Guatemala en esta situación, Kaltschmitt Luján solo pudo recordar el histórico 4 de agosto de 2012, cuando colocó la única medalla olímpica de Guatemala al marchista Erick Barrondo.
“Muchos dicen ‘ah bueno, pero puede competir con la bandera blanca’. Perdóneme, a uno le gusta llevar a su país, el honor. Yo tuve el honor de ponerle la medalla a Barrondo y fue el momento más increíble de mi vida. Era la bandera de Guatemala, el himno de Guatemala y las lágrimas de él eran por el país”, sintetizó.
