Se acerca la época de vacaciones, un momento en el que todos nos desconectamos del día a día, muy característico por el clima tropical y caluroso, pero también porque es cuando más interactuamos con piscinas, jacuzzis, e inclusive el mar.
Sin embargo, los incidentes en estos ámbitos lastimosamente también se vuelven muy característicos de la época, sobre todo aquellos que suceden por ahogamiento; por ello la concientización y trato del tema es algo que resulta de suma importancia de cara a la Semana Santa.
La asfixia por inmersión, más comúnmente conocida como ahogamiento, es la primera causa de muerte en menores de edad entre 1 y 4 años.
María Fernanda relató para LH Nosotras cómo los primeros auxilios le permiten estar contando esta historia junto a su hija de dos años, Mía y ser una voz para crear consciencia sobre un tema que nos concierne a todos.
30 SEGUNDOS
Era una escapada “normal” a la playa para María Fernanda y su familia, la cual tiene muy arraigada la cultura de agua y el respeto hacia esta, inclusive tienen un protocolo establecido para sus hijas al momento de ingresar a espacios con agua, en donde tienen que portar su calzoneta, sus bracitos (que son como estos flotadores), el pañal adecuado, entre otros elementos.
En un día de ese viaje, María Fernanda se encontraba fuera de la piscina, mientras su esposo, dos hijas y abuela disfrutaban de esta.
“Mi esposo y abuelita estaban con la bebé en la parte menos profunda de la piscina, mientras que Mía estaba con sus bracitos en la parte más honda, cantando y haciendo más actividades. Mi esposo la estaba viendo desde su lugar, y yo también desde afuera, y en un lapso máximo de 30 segundos no la vimos. Y aquí es donde quiero hacer énfasis en que uno cree este tipo de historias les pasa a los papás que no estaban cuidando al menor de edad, pero aquí estábamos tres adultos”, recalcó María Fernanda.
Luego de dudar por otros segundos de si Mía estaba flotando, el padre se dio cuenta que su hija se estaba ahogando y automáticamente se acercó a ella y la agarró, María Fernanda no sabe exactamente cómo ya estaba dentro de la piscina para sacar a su hija; cuando lo logró, Mía comenzó a vomitar.
Toti Fernández, Campeona Mundial de Triatlón y paramédico, explica que el 89% de víctimas de ahogamiento vomita; esto se debe a que ocurre un espasmo laríngeo, que significa que la laringe se espasma para que no entre agua, lo cual generalmente dura como un minuto y medio. No obstante, este no fue el caso de Mía.
“Cuando la sacó, ella empezó a vomitar todo lo que tenía y yo dije, bueno seguro que necesita sacar eso, y de repente paró y cuando me di cuenta ya no estaba respirando”, explica María Fernanda con la voz entrecortada y al borde de las lágrimas, “y en mis brazos se empieza a poner azul, es la sensación más horrible porque sentía que mi hija se estaba muriendo”.
LOS PRIMEROS AUXILIOS SALVAN VIDAS
La primera reacción para ella fue la histeria, sin embargo, sabía que no podía perderse de esa manera para salvar a su hija y fue su abuela que con cuatro palabras le regresó la conciencia: respiración boca a boca. Mientras su esposo llamaba a los paramédicos y ambulancia; el actuar de todos fue un punto clave.
“Yo me recordé que sabía algo de eso, cuando estuve embarazada de mi primera hija tomé un curso de primeros auxilios, y no quiero decir que lo que hice estuvo a la perfección porque di compresiones y respiraciones boca a boca, pero afortunadamente lo que hice salvó a Mía”, puntualizó.
Fernández explica que un niño suele tener un corazón muy sano, por lo que la acción primaria que se debe realizar al momento de encontrarse en una situación así es darle solamente respiraciones porque lo que le falta es el oxígeno y para eso se deben hacer más de cinco respiraciones.
El guardián del lugar fue una de esas personas que la vida pone en el momento indicado, porque él también ayudó con respiraciones a reanimar a Mía, y así fue.
“Por eso es tan importante saber primeros auxilios, los paramédicos y ambulancias no están a la par de tu casa, y si uno no hace algo en lo que ellos llegan, ahí es donde mueren estos casos”, reflexionó María Fernanda.
MÍA ESTÁ HECHA PARA VIVIR
Cuando Mía regresó, también lo hizo María Fernanda; continuaron el proceso de llevarla a la enfermería de la casa club, porque, aunque a la pequeña ya le estaba regresando el color a la piel, la sensación de vomitar seguía y acababa de pasar por un proceso delicado, así que era una acción necesaria.
“Hay una frase que me dijo uno de los paramédicos y que nunca olvidaré y fue ‘Mía está hecha para vivir’”, mencionó.
Ya dentro de la enfermería fueron atendidos por el personal y el pediatra personal de ellos vía teléfono; en ese momento Mía estaba volviendo a oxigenar mal y fue cuando descubrieron que tenía comida en la nariz que le obstruía la respiración. Luego de eso fue llevada por medio de un helicóptero a un hospital en la ciudad capital en donde le realizaron diversos exámenes en diferentes áreas del cuerpo para determinar si la falta de oxigenación había dejado secuelas, afortunadamente todos salieron bien.
“Es el tipo de casos que uno cree que nunca le va a pasar y lo mejor es saberlo para estar consciente y prevenirlo y eso lo vas a lograr hablándolo; porque es mejor saber y que nunca te pase, a que te pase y no saber en ese momento qué hacer”, finalizó María Fernanda.
SALVAR VIDAS
Fernández explica que es importante aprender primeros auxilios ya que estos permiten que uno se pueda ocupar de las cosas al momento de una emergencia en lo que esperan que lleguen los profesionales en ambulancia, “estos son lógicos, y pueden salvar vidas, ayudan a la estabilización e inclusive a la hora de que llega la ambulancia la condición ya se deterioró mucho”.
En este caso la experta en el tema revela que el ahogamiento es un proceso, no un resultado, que va desde un niño sano a un niño muerto, y por eso puede ser detenido con las acciones correctas y necesarias.
Agrega que el aire que respira una persona lleva 21% de oxígeno, y cuando lo exhalamos entre 14-17%, por eso para alguien a quien le hace falta es más que suficiente aplicar la respiración boca a boca.
RECIBIR CURSOS DE PRIMEROS AUXILIOS
Fernández lleva más de 15 años dando clases sobre el tema, y por ello una de las recomendaciones más importantes que hace es que las personas se inscriban a un curso de primeros auxilios con suficientes horas para aprendizaje, por eso recalca en no hacerlo en aquellos que solo son de una hora.
“Las certificaciones en la materia la dan por dos años máximo, y esto es a propósito porque hay protocolos que van cambiando o actualizando, es algo que siempre buscan perfeccionar”, explica la paramédico, por ello es importante estar al día con las maniobras para salvar y practicar las mismas para que no se olviden.
Otro aspecto que resalta la experta en el tema es que el uso de los bracitos en niños hace que estos aprendan a nadar con las piernas de forma vertical, lo cual beneficia a los procesos de ahogamiento, porque la posición natural para nadar es con las piernas en horizontal.
“El problema de los bracitos, puddle jumpers, alitas, manguitos, se les llama de varias maneras, es que crean memoria muscular de patada de pedaleo y de la posición vertical que es la posición de ahogamiento”, argumenta.
Actualmente Mía se encuentra estable, recibe clases de Survival Swim y natación, y aunque ella no sea consciente del todo, junto con María Fernanda se han vuelto agentes de cambio, esos que a veces no somos conscientes que necesitamos, pero que con su integridad y con alzar la voz nos hacen darnos cuenta de que sí.
Todo esto parecería que transcurrió durante mucho tiempo, sin embargo, todo el proceso de Mía fue entre 12 a 13 minutos, por eso parece pertinente recalcar que los primeros auxilios son un salvavidas.