Logo categoria

Diez de la mañana, en un aula varios niños pequeños cumplen con una actividad sencilla de pegar papelitos en una hoja. Una nena llama la atención de la maestra particularmente por el grado de perfección que quiere lograr al pegar cada papel; sus compañeros van terminando la tarea, mientras que a ella le toma el triple de tiempo que el resto terminar su hoja.

Aunque sí logró la perfección que quería, se atrasó en otras dos actividades, lo cual le generó un nivel de frustración que por su edad lo manifiesta con llanto. Que los padres de familia tengan expectativas altas para sus hijos es muy comprensible porque cuando le envían al colegio lo hacen con el deseo de que adquieran las herramientas necesarias para aprender y adquirir conocimientos que les serán de ayuda conforme van creciendo.

Es muy común que deseen grandes cosas para ellos, que quieran que siempre den lo mejor de sí mismos, o escuchar el “Yo lo hice así…” “A mí me…”, expresiones válidas de los padres de acuerdo con sus experiencias, pero qué pasa cuando esto no se hace de manera adecuada y se convierte en una sobre exigencia.

 

LA EXIGENCIA ES BUENA, PERO EL EXCESO NO

La psicóloga María Alejandra Muralles, explica que la exigencia es buena, pero no en exceso porque desencadena una serie de repercusiones -aunque depende de factores como la personalidad del niño o la forma en qué se manifiesta esta exigencia-, pero que como un común denominador genera una serie de manifestaciones en los niños.

La psicopedagoga, Lorena Ramazzini menciona que algunas de las cosas que ocurren en los niños cuando están expuestos a demasiada exigencia es que están más propensos a ser autocríticos, a ser muy perfeccionistas -como el caso de la historia al inicio-, y ser muy dependientes de los padres.

“Al querer alcanzar las expectativas de los padres, ellos no pueden llegar a manejar la frustración, estrés e incluso denotar mucho miedo y temor a los padres”, argumenta la licenciada en educación y aprendizaje Patty Godoy.

Añade que las expectativas hacia los hijos deben ser expresadas de forma verbal y gestual, de manera asertiva para que los hijos lo comprendan de la forma más sencilla, así como ser conscientes del nivel que nuestros hijos pueden alcanzar y eso está bien.

 

EL COMPORTAMIENTO DE LOS NIÑOS DENTRO DE LAS AULAS

La manera en que actúan los niños en sus salones de clase al estar expuestos a una sobre exigencia en casa también se ve afectada. Godoy expresa que debido a esto el menor puede manifestar actitudes como una competitividad (insana) con sus compañeros, poca productividad e iniciativa, o por el contrario la necesidad de ser reconocido por todo constantemente.

Lo anterior de acuerdo con las expertas en psicología se debe a que los niños comienzan a generar una dependencia de los padres o de los maestros al no resolver por él o ella misma las actividades o ejercicios, por ende, son temerosos al error.

“El error permite aprender, entonces los niños que tienen miedo a equivocarse porque no quieren defraudar las expectativas que sus padres tienen sobre ellos llegan incluso a tener dificultades para aprender algunos procesos en donde los errores son necesarios”

María Alejandra Muralles, psicóloga

SOBRE EXIGENCIA: EFECTOS A CORTO Y LARGO PLAZO

De acuerdo con las expertas, la sobre exigencia es un factor que puede generar resultados negativos en los niños, tanto en el presente como en el futuro. Algunos de los efectos a corto plazo son dificultad para ejecutar tareas, frustración ante el fracaso, estrés y ser individuos vulnerables emocionalmente al generar una dependencia o necesidad de aprobación constante.

Mientras que en algunos efectos a largo plazo están desarrollar problemas de autoestima que ocurren cuando en algunos niños ya se sale de las notas y los trabajos y se vuelve en “no la nota lo que no es suficiente, si no que yo no soy lo suficiente”, que a la larga genera problemas de ansiedad, desórdenes alimenticios, dificultades para dormir.

Inclusive, al ver más a futuro se ubican problemas socio afectivos en donde se generan dos pensares: el primero, es que al ser ellos tan perfectos nadie le es igual por lo que no merecen relacionarse con otros, mientras en el segundo se les dificulta por sentir que no son suficientes para establecer vínculos sanos con nadie.

Con el acompañamiento adecuado, los niños deben aprender a desarrollarse en distintos ámbitos. Diseño La Hora/Alejandro Ramírez

¿CÓMO PUEDO IDENTIFICAR SI ESTOY REALIZANDO ACTITUDES O ACCIONES PARA GENERAR ESTA EXIGENCIA DE MÁS EN MIS HIJOS?

Muralles recalca que distinguir estas actitudes es complicado, porque en las familias están solo los padres, madre o padre e hijos, por lo que no existe un parámetro de comparación para decir “le estoy exigiendo más de lo que debería”, por lo que lo más importante es observar las reacciones de los hijos cuando ejecutan las tareas.

Algunos de los indicadores que brindan las tres expertas en el tema que pueden ayudar son:

1. Ver si cuando mi hijo o hija realiza alguna tarea está esforzándose porque quiere hacerlo bien, aprender y tiene interés o si lo está realizando porque busca satisfacer la expectativa del padre al estar más pendiente de eso.

2. Tendencia a “chantajear” muchas veces a los hijos con las típicas frases de “sí no haces, logras o cumplís con esto, no te compró aquello”, por lo tanto, los niños tienden a ser más inseguros porque saben que los papás no les darán cosas si no logran lo que ellos quieren

3. Hacer las tareas por el niño, sobre todo en edades pequeñas, es muy frecuente que los padres sobre exigentes y perfeccionistas hagan las tareas de los niños. De esta forma los menores van limitando su independencia, creatividad e inclusive en el aula no rinden igual.

 

4. Identificar si la presión que se ejerce es por una carencia personal u otra razón, el objetivo es conocer el origen de esto para estar más consciente de regular la exigencia.

5. Notar cualquier comportamiento en donde no se vea el bienestar del niño, y por eso lo importante sería buscar el apoyo de profesionales ya sea la maestra u orientadora al ser las personas que da acompañamiento al niño, o bien de profesionales en salud mental.

Además, los padres deben aprovechar a destacar el esfuerzo que hacen los niños para salir adelante. Diseño La Hora/Alejandro Ramírez

Por último, el proceso de involucramiento de los padres de familia es importante para estos últimos, a pesar de que no existe una medida estándar de cuánto deben involucrarse una forma oportuna es monitorear la ejecución del niño en las tareas sin interferir en ellos.

Es decir, sin calificarles, “el niño no debe pasar por una doble calificación, primero de los padres y luego con el equipo docente o viceversa si no hay una situación que lo amerite”, afirma la psicóloga.

 

HAY QUE VALORAR EL ESFUERZO DE LOS HIJOS

Por otro lado, Ramazzini agrega que lo ideal es valorar el esfuerzo de los hijos y no se guíen tanto en las notas, sino en dar acompañamiento al niño en el que se respete su creatividad, respetar los tiempos de cada menor para lograr las cosas, y potencializar las habilidades en donde demuestra ser bueno, no solo enfocarse en lo negativo.

Godoy establece que el proceso de acompañamiento parental debe ser gozado, en conjunto para definir las metas y realizarse de manera participativa, ya que lo valioso es decirles a los hijos cuánto les queremos y creemos en ellos.

“Es importante que cada familia esté consciente de por qué les exige a sus hijos ciertos resultados y calificaciones: si es por el bienestar del niño para que aprenda y adquiera tal habilidad, o si es para compararlo con los hijos de familiares, amigos o conocidos, es decir por una competencia de adultos, porque es importante no involucrar a los niños en esta”, explica Muralles.

Desde Nosotras LH reconocemos que no existe una manera ni la receta para ejercer el rol de padres, es una tarea con un camino largo en el que se está en un constante aprendizaje; un recorrido en el que es válido cometer errores, pero lo importante es reconocerlos y aprender de ellos. Con estos aportes esperamos que les motive a tomar el tiempo para pensar sobre el tema y que estos consejos le ayuden a darle mejor acompañamiento escolar a su hijo o hija.