La tragedia ocurrió en Camargo, Tamaulipas donde fallecieron 16 guatemaltecos. Foto: Redes Sociales/Archivo.

Por Fabiola Toledo

A un año de ocurrida la tragedia de Camargo, en Tamaulipas México en la que murieron 16 guatemaltecos, la Pastoral de Movilidad Humana recordó el camino de los connacionales que siguen transitando a través de las fronteras con el sueño de mandar remesas a su familia; algunos por salud, por una casa o para que la familia tenga que comer.

Eso era precisamente el deseo de los 16 migrantes que partieron el 12 de enero desde Comitancillo, San Marcos.

Hasta ahora mencionan que la justicia aún no llega a todos los responsables, pues se vincula solamente a los autores materiales, mientras se continúa encubriendo a los intelectuales.

“La impunidad se mantiene para la red criminal de tráfico y trata de personas, personas y grupos responsables de estos asesinatos”, dicen, mientras recuerdan que las familias aun claman por justicia.

La Pastoral añadió que los gobiernos de los países de origen de los migrantes “irónicamente culpan solo a los traficantes de personas por el fenómeno migratorio, pero ocultan irresponsablemente que el verdadero origen de la migración es su incapacidad de generar condiciones favorables”.

EL CAMINO DE LAS VÍCTIMAS

Entre el grupo que partió también se encontraba “el coyote” Adán Coronado Marroquín, originario del mismo pueblo, quien heredó el negocio de guiar por los caminos extranjeros a las personas con necesidad de mejorar sus vidas.

La Pastoral de Movilidad Humana señala en un informe recuerda el camino de los migrantes y que “en 10 días avanzaron hasta Nuevo León; el 22 de enero, por la mañana, tres picops salieron para llegar al Río Bravo. Los carros se dirigieron hacia la frontera por una brecha ubicada entre Camargo y Gustavo Díaz Ordaz, en Tamaulipas, a escasos kilómetros de la frontera con Estados Unidos”.

También hacen énfasis en que esta ruta por Tamaulipas es la más corta para llegar a Estados Unidos desde Guatemala, pero desde 2010 se convirtió en una de las más peligrosas para las personas en movilidad.

“Algunos minutos después de las diez de la mañana, un convoy de unos 20 policías que viajaban en un pick up de la Secretaría de Seguridad del Estado, tres blindados del Grupo de Operaciones Especiales (GOPES), conocidos como Mamba Negra, y otros dos pick up perseguían a toda velocidad a las dos camionetas que transportaban a los migrantes”, afirma el documento.
En la parte trasera de una de estas, muy aterrorizados, iba parte del grupo de migrantes, casi todos guatemaltecos. Al momento de darles alcance, los agentes empezaron a dispararles; fueron más de 113 balas. Estamos ante el inicio de la masacre de Camargo, la mayor matanza de migrantes perpetrada en México en los últimos años, relata el documento.

LOS ÚLTIMOS MINUTOS

El coyote Adán Coronado Marroquín, que conducía al grupo llamó a su familia hacia las 08:00 horas, es decir, horas antes de la masacre, y dijo que no podían cruzar la frontera porque había muchos policías

Daniel, en mitad del tiroteo llegó a llamar a su esposa y le dijo “que los policías estaban tirando balazos”.

La única mujer migrante que iba en el grupo logró hacer una llamada y dijo que estaban matando a sus compañeros. “Andaba clamando por su vida porque ella estaba viendo la muerte de sus compañeros y en eso escucharon balaceras y ahí se perdió la llamada y nunca más volvieron a contactar con sus familias”, indicó uno de sus familiares.

ERAN HIJOS, PADRES, HERMANAS

El relato escrito por la Pastoral de Movilidad humana da énfasis al motivo por el cual los compatriotas decidieron migrar:

“Santa Cristina García Pérez: se había propuesto trabajar día y noche: de día para pagar la deuda con el coyote y de noche para que su hermano menor con labio leporino pudiera operarse, al igual que su padre, que padecía una enfermedad en los ojos. Comprar una casa nueva para su familia también entraba en sus planes”.

“Marco Antulio, de 16 años, primo de Santa Cristina, e Iván Gudiel, de 22 años: Se había casado recientemente y tenía un hijo de 18 meses. Buscaba llegar a Estados Unidos para ganar dinero y enviárselo a su madre que padece diabetes”.

“Marvin Tomás, de 22 años: También se unió al recorrido. Era estudiante universitario y jugador de fútbol en la Juventud Comiteca. Su expectativa era reunir el dinero suficiente para que su madre pudiera operarse de una hernia que padecía desde hace diez años”.

“Édgar López cumplía 50 años precisamente ese 22 de enero. Buscaba reunirse nuevamente con su familia en Estados Unidos, pues había sido deportado en junio de 2020 como resultado de un operativo de agentes de migración en una planta procesadora de pollos en Misisipi, el 7 de agosto de 2019. Allí habían quedado su esposa, tres hijos y un nieto. A pesar de que sus abogados hicieron todo lo posible para frenar la deportación, el hecho de haber sido deportado antes, en 1997, lo hizo imposible. En enero de 2021 decidió reunirse nuevamente con su familia y tomó la decisión de viajar nuevamente a EE. UU. con la guía de un coyote”.

LAS VÍCTIMAS  

1. Elfego Roliberto Miranda Díaz

2. Marvin Alberto Tomás López

3. Ribaldo Danilo Jiménez Ramírez

4. Édgar López y López

5. Adán Coronado Marroquín

6. Madelyn Estéfanie García Ramírez

7. Santa Cristina García Pérez

8. Osmar Neftalí Miranda Baltazar

9. Iván Gudiel Pablo Tomás

10. Paola Damaris Zacarías Gabriel

11. Dora Amelia López Rafael

12. Bramdon David García Ramírez

13. Anderson Marco Antulio Pablo Mauricio

14. Rubelsy Elías Tomás Isidro

15. Leyda Siomara González Vásquez

16. Uber Feliciano Vásquez.

 

 

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