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Los hábitos son parte de nuestra cotidianidad, muchos de ellos nos los inculcan desde pequeños y otros los adquirimos con el pasar de los años por medio de nuestro día a día; tiempo que solemos pasar mayoritariamente con la familia.

Entre todos los retos que en la actualidad vivimos, también se encuentra la circunstancia de pasar más tiempo en familia, convivir con ellos por momentos más prolongados, por lo que estas deben esforzarse un poco más para sostener relaciones sanas y sólidas.

 

LOS 7 HÁBITOS DE LAS FAMILIAS ALTAMENTE EFECTIVAS

Stephen R. Covey fue un reconocido profesional en diversos ámbitos, entre ellos por su rol como escritor de varios best seller, entre ellos el libro “Los 7 hábitos de las familias altamente efectivas”; en donde establece que las familias sólidas no surgen espontáneamente, sino que sus miembros necesitan combinar energía, talento, voluntad, visión y empeño.

Nosotras LH te trae una síntesis de los siete hábitos que Covey propone para educarnos en familia, conseguir un mejor éxito y relaciones más fuertes y sanas entre los miembros del hogar.

1: Ser proactivo

«Nuestra vida familiar sería mucho mejor si actuáramos conforme a nuestros valores más profundos, en lugar de dejarnos arrastrar por la emoción o las circunstancias del momento», explica, por lo que es importante ejercer nuestro derecho de libertad en la toma de decisiones conscientes.

A veces podemos llegar a decir cosas que no queremos, por lo que es valioso que tomemos nuestro tiempo antes de dar una respuesta, ejercer este hábito es la base, ya que permite la capacidad de tener elecciones, un dominio de nuestra vida y emociones, con el fin de conseguir buenas relaciones personales.

2: Iniciar con un fin en mente

“Tener una perspectiva clara de la razón de ser de la propia familia. Pero para eso, hay que definir cuál es el destino, que influyen en cualquier decisión que se tome a lo largo del camino”, escribe el autor.

Covey propone crear “la misión familiar”, es decir, tener claro cuál es la razón de ser de la familia, aunque muchas puedan coincidir en diversos puntos, todas tendrán algo distinto, alguna variación y el cómo llegarán a serlo será la clave del éxito, porque a todos los miembros del hogar ser conscientes de dónde y cómo llegar a dicho objetivo dirigirán sus fuerzas hacía este fin.

Por lo que es importante que los padres les hablen a sus hijos sobre que quieren tener, los principios que emplearán para educarlos, por ejemplo, reunirse todos a la hora de comer o al final del día, tener una comunicación recíproca de emociones y experiencias entre todos.

 

3: Poner primero lo primero

“Hay dos sistemas que son una manera real de dar prioridad a la familia y de poner ‘primero lo primero’”, manifiesta Covey.

Lo que explica en este hábito que al tener claro el anterior, y sentar dos sistemas de organización: tener un tiempo familiar a la semana y tener ‘momentos de acercamiento’ con cada miembro del hogar, ya que cada papel que desempeña un miembro familiar es irremplazable.

Además crear recuerdos es parte de una tradición familiar que ayudan a los miembros a entender que pertenecen a la misma familia, que existe una unidad fuerte, que se aman los unos a los otros, respetan y honran.

4: Pensar “ganar-ganar”

«Entendiéndose y cooperando podemos hacer algo totalmente distinto que nos beneficie a los dos, mucho más de lo que conseguimos si cualquiera de los dos tuviera que ganar», recalca Covey.

En la familia esto representa buscar primero el interés del otro, entender necesidades, deseos, preocupaciones, con el fin de obtener nuevas ideas y soluciones que se encuentran mejor de forma colectiva que individual, ya que una adecuada unión familiar implica el deseo que todos estén felices, contentos y que actúan entre ellos movidos por el afecto mutuo en lugar de intereses particulares, que integra principio de respeto mutuo.

 

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5: Primero comprender y después ser comprendido

“Cuando conoces a otros y te adaptas a ti mismo en un esfuerzo de compenetración, en verdad lo que tu estás diciendo es “tú eres importante, tú eres una persona que vale la pena (…) tú eres valioso”, relata el autor.

Él expone que el centro de los problemas familiares son los malentendidos, es por lo que la tendencia a juzgar de primera y sin estar en la posición del otro es un factor de las relaciones no saludables.

Reconoce que la comprensión es uno de los hábitos más difíciles de lograr, pero ser comprendido es la primera muestra de amor que recibe alguien, es una acción que demuestra que puede surgir y existir una verdadera comunicación. Aprender a escuchar con tus ojos y corazón es hacerlo de forma empática.

 

6: Sinergizar

“Sinergia es cuando dos o más miembros de la familia cooperan juntos y crean mejores resultados que los que hubieran podido lograr si trabajan individualmente”, explica Covey.

Un hábito que va demasiado amarrado a los anteriores, pero que es clave para inclusive celebrar las diferencias que son tan valiosas en cada familia, porque estas mismas permiten alcanzar grandes logros, porque cada uno tiene sus cualidades, competencias, virtudes y que complementan a los demás lo que permite el éxito familiar.

La familia es clave para el crecimiento personal de los niños. Diseño La Hora/Roberto Altán

7: Afilar la sierra

El autor afirma que: «Afilar la sierra significa preocuparse de forma habitual y firmemente de renovar las cuatro dimensiones de nuestra vida: física, social, mental y espiritual”.

Explica que, así como sucede con todo en la vida, si algo no se cuida, se deteriora y las relaciones y funcionamiento de la familia es igual. Si esta no se cuida acaba por romperse, por eso hace énfasis en que la cultura familiar “requiere ingresos constantes en la cuenta emocional para mantenerse donde está (…) si no la relación se volverá más tirante, formal y fría”.

Compartir con la familia es importante y encontrar respuestas adecuadas para los momentos complicados. Diseño La Hora/Roberto Altan

Por eso dar la apertura a mostrar emociones y creatividad es un paso fundamental para mantener buenos cimientos en una familia, esto es dedicar tiempo para darse una pausa, reflexionar y recomponerse.

Toda situación familiar es única y diferente, pero en muchas maneras, toda familia es similar; por lo que tener una serie de indicaciones que guíen hacía un mejor funcionamiento es valioso en todo sentido.