“No deseo que las mujeres tengan más poder sobre los hombres, sino que tengan más poder sobre ellas mismas”, Mary Shelley.
De entrada, el empoderamiento es un proceso que permite el análisis y detección de necesidades de un colectivo desfavorecido socioeconómico, con el fin de proveer autonomía y disminuir su vulnerabilidad.
Por eso el empoderamiento femenino es un proceso que ha tomado mayor relevancia en los últimos años, debido a las desigualdades estructurales de género.
Las percepciones que existen sobre la palabra empoderamiento pueden variar entre países y el tiempo, por ello, con el paso de los años se han desarrollado y existen diversas definiciones sobre este proceso.
No obstante, la gran mayoría de ellas coinciden en que el empoderamiento femenino se ve como el procedimiento para promover en las mujeres el sentido de autoestima, sus capacidades, estrategias y protagonismo, con los cuales puedan determinar sus propias elecciones.
Por consiguiente, se entiende como una acción que permite el desarrollo en todos los aspectos de la vida de las mujeres.
LA IGUALDAD COMO UN PILAR FUNDAMENTAL
De acuerdo con las Naciones Unidas (ONU), la igualdad de género hace referencia a “la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres y los hombres, y las niñas y los niños”.
Este es el objetivo número 5 de los ‘Objetivos de Desarrollo Sostenible’ establecido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el que se busca poner fin a todas las formas discriminación contra mujeres y niñas, ya que es un derecho humano básico, pero que, además, es crucial para un desarrollo sostenible.
La igualdad entre géneros es entonces un elemento clave para el empoderamiento femenino, ya que permite ganar influencia y equidad de oportunidades en la realización de actividades influyentes en la sociedad como lo hacen los hombres tanto de ámbito personal, social y económico.
Por medio de promover la igualdad se creará una solidaridad global, en donde las mujeres no serán menospreciadas, acalladas o determinadas a cumplir un rol pasivo en la sociedad, ni que sus opciones sean limitadas por un segundo o tercero.
UN BENEFICIO COLECTIVO
Entonces el empoderamiento femenino no solo busca establecerse en un plano individual, sino que también colectivo, ya que como establece el portal Tribuna Feminista esto permitirá “alcanzar una vida autónoma en la que puedan participar, en términos de igualdad, en el acceso a los recursos, al reconocimiento y a la toma de decisiones en todas las esferas de la vida personal y social”.
De aquí la importancia de generar espacios públicos para que por medio de estos las mujeres en estos noten que tienen voz, confianza y protagonismo, con el fin de impulsar cambios positivos en las situaciones en las que se desarrollan y viven impulsando la autonomía de las mujeres.
Las mujeres conforman gran parte de la sociedad alrededor del mundo, por lo que es importante darles el espacio, promover su participación en todos los sectores y niveles de actividades socioeconómicas que permitirán construir ciudadanías más justas y estables, economías fuertes, alcanzar objetivos de desarrollo, derechos humanos y mejor calidad de vida, siendo así un bien común para todos y todas.
En Nosotras LH creemos que el empoderamiento es un proceso que debe aplicarse en los ámbitos emocionales, físicos, espirituales y mentales, con los cuales desarrollamos conocimientos, estrategias y descubrir lo que funciona en cada uno de nosotros.
Conseguir y promover el empoderamiento no es una tarea imposible, pero es algo que requiere la participación y compromiso de toda la ciudadanía, por lo cual nos gustaría que nos compartan en los comentarios ¿para usted qué es el empoderamiento?, ¿cómo lo promueve a los demás?
