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Tokio
Agencia/dpa

El Banco de Japón (BoJ, emisor) anunció hoy que tomará más medidas para aumentar su flexible política monetaria, con el objetivo de apuntalar a la tercera mayor economía del planeta.

La decisión se produjo al término de dos días de deliberaciones. El banco intenta por todos los medios combatir la deflación que afecta al país desde hace años, con precios en constante descenso, e inyectar fuerzas al crecimiento.

Cifras oficiales mostraron que los precios al consumidor cayeron un 0.5 por ciento en junio respecto al año anterior, el mayor descenso desde marzo de 2013, en medio de la caída en los precios de la energía, explicó previamente el Gobierno hoy.

El objetivo de las autoridades es conseguir una inflación del dos por ciento. Sin embargo, el BoJ bajó ya su previsión de inflación para el presente año fiscal a un 0.1 por ciento, frente al 0.5 por ciento pronosticado anteriormente. Para 2017 espera en cambio un 1.7 por ciento.

La entidad decidió duplicar las compras de fondos negociables en Bolsa (ETFs) hasta un total de seis billones de yenes al año (52 mil millones de euros/57 mil millones de dólares).

La base monetaria seguirá sin cambios ampliándose en 80 billones de yenes al año.

Además, el banco rebajó el pronóstico de crecimiento para el país, de un 1.2 a un 1.0 por ciento para el actual año fiscal, que acaba el 31 de marzo de 2017.

La inyección masiva de dinero en los mercados, uno de los principales pilares de la política económica del primer ministro Shinzo Abe, dio al principio buenos resultados, porque el yen se devaluó, lo que impulsó las exportaciones.

Pero ahora la situación se ha vuelto a complicar, con el yen subiendo. El Gobierno anunció que la próxima semana dará a conocer un nuevo programa de estímulo económico.

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