Estudiantes saludan a los corredores en una maratón. FOTO LA HORA/AP/MICHAEL DWYER.

Por BERNIE WILSON
Agencia AP

Las consecuencias del brote de coronavirus remecen al deporte otro día más. El Masters de golf y el Maratón de Boston, competiciones que son un ritual de la primavera del hemisferio norte, fueron pospuestos.

Al menos quedó algo de consuelo este ayer, ya que ambos eventos podrían realizarse este mismo año, a diferencia del impactante anuncio del jueves al cancelarse el campeonato de baloncesto de la NCAA, el ‘March Madness’, una de las citas más tradicionales del calendario de deportes de Estados Unidos.

«Bueno, posponer es una palabra reconfortante», dijo el golfista profesional Xander Schauffele. «Cancelar es otra cosa».

El golf y el automovilismo entraron en razón y cancelaron eventos este fin de semana, dejando a los aficionados sin nada que esperar en las próximas semanas.

Augusta National no dio detalles de cuándo se entregará la chaqueta verde a un próximo campeón. El presidente Fred Ridley dijo que espera que la decisión de posponer le dé al club una mejor posición para recibir el Masters en «una fecha posterior».

El Masters estaba programado a realizarse del 9 al 12 de abril.

En tanto, el Maratón de Boston, la carrera más reconocida en el mundo, fue pospuesta del 20 de abril al 14 de septiembre.

El alcalde de Boston Marty Walsh anunció la decisión. La Asociación Atlética de Boston, que supervisa el maratón, decidió esperar para decidir la suerte de la carrera incluso cuando otros eventos deportivos estaban siendo cancelados o pospuestos en todo el mundo.

Pero la presión incrementó en las recientes semanas de parte de las autoridades de Boston y de las siete ciudades y poblaciones por las que transita la carrera. Algunos habían expresado su preocupación no sólo por la salud de los 31.000 corredores registrados, pero de los cerca de millón de espectadores que tradicionalmente observan el maratón a lo largo de la ruta, dándole palmadas a los competidores e incluso besos a su paso.

Walsh recordó cómo se unió la comunidad después de la bomba que mató a tres y lesionó a decenas de personas en la línea de meta en 2013.

«El Maratón de Boston, nos conecta, nos refleja, demuestra la resiliencia y el espíritu de la comunidad», dijo.

El Maratón de Boston nunca había sido cancelado en su totalidad desde la primera carrera en 1897, aunque hubo una cancelación de facto en 1918 cuando el fin de la Primera Guerra Mundial y una pandemia de influenza llevó a los organizadores a cambiar el formato a una carrera de relevos.

Hasta ayer, ni siquiera la Gran Depresión o el mal tiempo había interrumpido la competencia que cumple 124 años y que es una cita que está en la lista de corredores de todo el mundo. Cerca de un tercio de los competidores de este año provenían de fuera de Estados Unidos.

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