Por STEVEN WINE
MIAMI
Agencia (AP)

Derek Jeter se sentó en un espacio del Marlins Park, detrás del jardín izquierdo y frente a cientos de fanáticos de Miami. Luego, el excampocorto de los Yanquis de Nueva York se dedicó a fildear las preguntas y quejas de los seguidores de los Marlins.

Muchos de esos fanáticos, que habían comprado boletos para todos los juegos de la próxima campaña, lamentaron el rumbo que ha tomado el equipo bajo las órdenes de los nuevos propietarios, incluido el propio Jeter.

El exastro les dijo que los Marlins cedieron en canje al campeón jonronero de las mayores Giancarlo Stanton, al líder en robos Dee Gordon y al estelar jardinero dominicano Marcell Ozuna para hacerse de prospectos y a sabiendas de que la única forma de lograr un éxito sostenido consiste en contar con una nómina costeable y con un sólido sistema de sucursales.

Jeter se mostró paciente para responder las preguntas. Cuando no hubo más y tras un encuentro de 90 minutos, afirmó que agradecía la retroalimentación de los fanáticos, positiva y negativa.

“Son apasionados”, reconoció. “Eso es lo más importante, y es lo que se ha destacado. Prefiero tener una situación en que respondamos las preguntas de fanáticos apasionados y no que todos se sienten ahí y digan cosas positivas. Esto me muestra que les importa el desempeño del equipo en el terreno y, evidentemente, que han sufrido ya bastante”.

Unos 200 poseedores de boletos para toda la temporada asistieron a la primera reunión de una serie. Las sillas colocadas en la explanada del graderío se ocuparon casi en su totalidad. Por lo menos ello marcó un cambio para una franquicia que no suele atraer mucho público al parque.

Jeter comenzó su exposición hablando de la reciente purga en la nómina.

“Han visto que los Marlins realizaron movimientos como éste una y otra vez”, afirmó. “Esto no es lo mismo de antes. Tenemos un plan. Éste no es un proyecto para desmantelar el equipo y construirlo sólo para volverlo a destruir. Tenemos un camino para que esto sea sostenible con el tiempo”.

Los Marlins no tienen una campaña ganadora desde 2009. En este año, su foja fue de 77-85, pero varios fanáticos consideraban que, con la adición de un par de abridores, Miami podría ser competitivo.

Esos seguidores argumentan que el grupo de Jeter debió incorporar talento en vez de deshacerse de sus mejores peloteros.

Pero elevar el gasto no representaba una solución de largo plazo, justificó Jeter. Recalcó que la franquicia perdió demasiados juegos y mucho dinero bajo la gestión del dueño anterior Jeffrey Loria, quien dejó muy diezmado el sistema de sucursales.

“No puedes inyectarle dinero a un problema y cavar un hoyo más profundo sin tener variantes en la organización”, enfatizó Jeter. “Tienes que construir de abajo hacia arriba”.

“Siento su dolor. Sé que han pasado por muchas cosas, pero tratamos de construir algo que pueda sostenerse, y ésta es la única forma de hacerlo”.

Más vale que el plan de Jeter funcione, advirtió una fanática.

“Hemos sido el hazmerreír del béisbol por años”, afirmó. “Ésta es la única oportunidad que usted tiene para no matar el béisbol para siempre en Miami”.

Otro seguidor del club trató de contener el llanto mientras hablaba de la salida de Stanton y de Ichiro Suzuki.

 

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