El escándalo sobre el beso del director de la Federación Española de Fútbol, ​​Luis Rubiales, en los labios de la estrella Jenni Hermoso, tras la final del Mundial femenino de Sídney, ha provocado una protesta internacional y ha sumido al fútbol español en el caos.
El escándalo sobre el beso del director de la Federación Española de Fútbol, ​​Luis Rubiales, en los labios de la estrella Jenni Hermoso, tras la final del Mundial femenino de Sídney, ha provocado una protesta internacional y ha sumido al fútbol español en el caos. Foto de Pau BARRENA / AFP

Un juez abrió este lunes una investigación al dimitido presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, tras admitir la querella presentada por la fiscalía por el beso forzado a Jenni Hermoso en la final del Mundial.

El juez Francisco de Jorge, de la Audiencia Nacional, principal instancia penal, admitió la denuncia de la fiscalía por «la presunta comisión de un delito de agresión sexual y un delito de coacciones», informó ese organismo judicial.

El magistrado ha pedido a diferentes medios de comunicación que le remitan las imágenes desde distintos ángulos del beso de Rubiales a Hermoso, así como de la celebración en el vestuario y en el autobús de las jugadoras españolas tras ganar el Mundial.

El juez también ha decretado que se informe al expresidente de la RFEF de la investigación contra él.

La fiscalía había presentado la pasada semana una querella contra Rubiales solicitando que «se tome declaración a Luis Rubiales, en condición de investigado, y a Jenni Hermoso como víctima».

 

Desde una reciente reforma del Código Penal español, un beso no consentido puede considerarse agresión sexual, una categoría penal que agrupa todos los tipos de violencia sexual.

Las penas por un beso forzado pueden ir desde una multa hasta cuatro años de prisión, de acuerdo con fuentes de la Fiscalía.

El ministerio público también contempla un supuesto delito de coacciones, ya que Hermoso afirmó en su declaración «que tanto ella como su entorno más próximo sufrieron una presión constante y reiterada por parte de Luis Rubiales y el entorno profesional de este, para que justificara y aprobara los hechos».

La decisión del juez De Jorge llega al día siguiente de que Rubiales anunciara en la noche del domingo su dimisión como presidente de la RFEF, tras haberse negado a ello inicialmente, alegando que el beso había sido «consentido».

«Voy a hacerlo [dimitir], sí, porque no quiero continuar mi trabajo», dijo Rubiales el domingo por la noche en una entrevista en el programa de televisión británico Piers Morgan Uncensored, y luego en una carta en sus redes sociales recogida por varios medios.

Rubiales afirmó dejar el cargo, entre otras razones, para centrarse en su defensa.

«Tengo fe en la verdad y voy a hacer todo cuanto esté en mi mano para que prevalezca», afirmó en su carta de dimisión.

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