El CICR anunció en abril pasado que se enfrentaba a una crisis de financiación y que recortó 1.500 puestos de trabajo durante los siguientes 12 meses en un esfuerzo por reducir costos.
El CICR anunció en abril pasado que se enfrentaba a una crisis de financiación y que recortó 1.500 puestos de trabajo durante los siguientes 12 meses en un esfuerzo por reducir costos. Foto: Fabrice COFFRINI / AFP

El Comité internacional de la Cruz Roja (CICR), en crisis financiera, anunció el lunes 270 supresiones suplementarias de empleos en su sede en Ginebra para 2024, luego de haber suprimido 1.500 empleos este año en el mundo.

Estos 270 puestos representan la quinta parte de las 1.400 personas que están empleadas en en la sede.

Otros «cortes significativos» están previstos en el exterior, pero las cifras solo serán conocidas en noviembre, declaró el director general del CICR, Robert Mardini, en conferencia de prensa.

Ante la reducción de los presupuestos suministrados por los países a la ayuda humanitaria, el CICR llevó su presupuesto provisional 2024 a 2.100 millones de francos suizos (2.152 millones de dólares), en baja de 13% con relación a 2023, cuando las necesidades nunca fueron tan importantes.

Este año el CICR suprimió 1.500 empleos y revisó a la baja su presupuesto tras constatar que la generosidad bajó a causa de los fondos muy importantes consagrados por los aliados de Ucrania frente a Rusia.

 

«El conflicto en Ucrania tiene repercusiones y un impacto que supera las fronteras. Lo vimos con los precios alimentarios, la inflación y las consecuencias económicas de ese conflicto que son experimentadas en regiones como el Cuerno de África, Sahel, Medio Oriente y otras partes», agregó Mardini.

Subrayó que la organización, que dispone de unos 20.000 empleados en el mundo fue «tomada por sorpresa» este año por la carencia de fondos.

En un comunicado, el CICR señaló que las delegaciones «tendrán menos capacidad de asistir a las personas necesitadas, dado que los presupuestos operacionales y la plantilla de personal han tenido que reducirse».

Añadió que «el CICR está sumamente preocupado por las consecuencias que esta reducción de la asistencia humanitaria tendrá en las personas que viven en medio de conflictos armados y otras situaciones de violencia.»

El CICR pidió en los últimos meses ayuda a los países donadores.

«No hay que cantar victoria, pero nos da seguridad la respuesta muy positiva de muchos países donantes que comprendieron el problema», dijo Mardini.

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