Catalina Barrios y Barrios
Escritora e Investigadora

Los periódicos más importantes de esta época fueron el Diario de Centro América y La República. Sin embargo, El Imparcial también deja información válida.

El Imparcial se inició el 16 de junio de 1922, con la dirección de Alejandro Córdova y redactado por Carlos Gándara Durán y César Brañas.

Rafael Arévalo Martínez como uno de los escritores importantes de esta época se menciona como autor de múltiples colaboraciones. Se cuenta como obra última del momento a La Oficina de Paz de Orolandia (2 de marzo 1925), y también comentarios por Federico de Onís, rector de la Universidad de Colombia.

Miguel Ángel Asturias fue colaborador de El Imparcial, se menciona su tesis “El problema social del indio”. Cuando fue residente en París, matriculado en la Escuela de altos estudios, en Francia. Cuando regresó a Guatemala y recibió homenaje de bienvenida (22 de marzo 1928).

De Porfirio Barba Jacob se cuenta su cambio de nombre de Ricardo Arenales a Barba Jacob. Desempeñó el cargo de Jefe de Redacción de El Imparcial (9 de agosto de 1922).

Redactor del Diario de la Tarde (22 de marzo de 1924).

César Brañas fue uno de los autores más mencionados en la página literaria. Se le menciona ya como novelista en su obra Las Pupilas de Ópalo (10 de enero de 1923).

Autor de su leyenda lírica Sor Candelaria (septiembre de 1924), relata sus motivos de viajes (24 de agosto de 1928).

De Rubén Darío resalta el epistolario lírico sobre su tumba por Efrén Castillo, de Quetzaltenango (17 de agosto de 1930).

El Imparcial le dedica gran espacio a Enrique Gómez Carrillo, desde su divorcio con Raquel Meyer y sus funerales en París (29 de noviembre de 1927), y múltiples comentarios de su obra. Se informaron de sus últimos días con su esposa Consuelo, ella vivió con Enrique en Niza.

Consuelo se quedó con cuadernos y cartas de Enrique, Francisco Méndez le dedicó un poema (27 de mayo de 1929) desde Quetzaltenango.

Flavio Herrera muy cercano a El Imparcial, publicó muchos de sus textos en este diario.

La página literaria de El Imparcial le dio espacio a muchos escritores guatemaltecos y extranjeros, que sería largo de enumerar.

A Francisco Méndez se le contó como los nuevos poetas y que principió a publicar desde Quetzaltenango.

De Carlos Wyld Ospina se muestra apartado especial como novelista y cuentista.

Referente a la pintura ocupa lugar especial Carlos Mérida, él opinaba que la obra pictórica de América debía ser cubista. Mérida nació en Quetzaltenango, fue a París desde muy joven, trabajó con Picasso y regresó a América en 1921. Se decía de él que sus pinturas reflejan un sabor exótico con extraña mezcla de emociones primitivas y civilización antigua que deja al espectador completamente sorprendido.

El Imparcial le da cabida a comentarios musicales.

Refiere fechas de conciertos, especialmente del maestro Ricardo Castillo y su esposa Georgett Contoux (19 de junio de 1924).

En lo que se refieren al teatro en El Imparcial resalta la ópera en el Teatro Rex, actividades en el Variedades. Como autor se menciona a Drago Bracco (1 de enero de 1926). Se pedía un edificio para el Teatro Nacional y se sugería la plazuela donde estuvo el Colón. Se hablaba de un proyecto de Yela Günther y José Castañeda (27 de septiembre de 1930).

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