Por Javier Herrera

Sergio hablaba de hacer el sexo sin condón, Alejandrina dormía en el sillón, el señor de al lado, cuestionaba la función. ¿Y qué te pareció la obra? Inquirió la señora de vestido negro y chapulines blancos.

El séptimo mes de este 2017 fue elegido por Escenarte para la producción de Macbeth, la exquisita obra de William Shakespeare. La lluvia del pasado sábado por la tarde acrecentó el habitual tráfico vehicular de la ciudad capital, que en la mayoría de las ocasiones colabora con el estrés del ciudadano guatemalteco, quien constante busca un escape de la dura y acelerada realidad.

El teatro en Guatemala representa la sensibilidad, el interés, la alegría, la disciplina y el encanto, que a la vez, enreda al espectador, lo acaricia, lo abofetea y lo abraza con el amor de una madre angustiada por su hijo quien se entrega a las mejores aventuras que la vida le regala.

Si nos permitimos ver el desarrollo del teatro en nuestro país, la evolución de las obras que hoy día forman parte de la cartelera, observamos cómo las comedias han tomado la batuta, pero también debemos levantar la vista y tratar de observar más allá de lo establecido para conocer puestas en escena de obras que no solamente te hagan reír sino PENSAR y comprender.

Los temas de traición, ambición y tiranía no son ajenos a los ciudadanos del mundo por lo que es importante permitirse ver y sentir lo que está obra nos deja. Quizás el próximo año Escenarte nos sorprenda con una nueva puesta en escena con la misma calidad que los caracteriza.

Que tu gloria, no sea cuestionada por un acto que perturbe tu honor, que la ambición no nublé tu visión y nunca llegues al abismo de la traición.

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