Por Alejandra Garavito

La suerte de no tomarnos la vida tan enserio como para reunirnos en oficinas corporativas en la zona más chic de ciudad de Guatemala, me permitió ir de una reunión sobre cómo replantearnos la formación de la danza en Guatemala y la ruptura intergeneracional actual, y correr un par de cuadras para llegar, aunque fuese tarde, a Espacio DS.

Espacio DS es un evento dedicado a la danza contemporánea, duetos y micromonólogos teatrales. Mi reunión debió durar más, pero realmente quería sentarme y disfrutar de las propuestas de la 3ra edición de Espacio DS. Agradecí tremendamente el encontrarme con la opción de pagar como estudiante, aunque entiendo y valoro que el precio de Q50 es bajo para disfrutar de tantos y tan buenos artistas, no significa que mi poder adquisitivo lo entienda realmente. Probablemente la mayoría de personas en el público de esa noche sentía algo similar. Muchos de los asistentes, hacemos danza y allí estábamos sentados viendo danza. ¿Por qué seguimos siendo tan poquitos?

Me senté atrás para no estorbar por mi tardanza. No duré más de 2 minutos. Estar al frente, sentada en el piso, me daba un plano general para apreciar la composición completa: el movimiento, los gestos, el espacio, la traslación en el mismo, la energía comprimida y dirigida. Llegué justo cuando Víctor Ellington terminaba. Por la reacción del público, su presentación fue increíble. No me extraña realmente, él es de esas personas que cautiva el ojo, su movimiento fluye como agua deslizada por caminos invisibles que trazan sus movimientos en el aire. Quienes siguieron –Benjamín Arévalo, Miguel Hernández y Heroes Company– brindaron particularidades que rompen los esquemas de lo fácilmente digerible en la danza de Guate. Antes que todo el contar con mayor número de artistas masculinos que femeninos en el programa es un hito. El erotismo y la intimidad; la concentración del juego con elementos circenses; y el dinamismo de las calidades de movimiento en los estereotipos masculinos urbanos, me provocaron y emocionaron por las posibilidades que se abren. Tonibelle Che, con su monólogo kitsch, nos sacaba carcajadas agridulces, no podés hacer más que reírte cuando te ves tan reflejada en lo absurdo del existir y el relacionar. La guinda en el pastel fue Yeinner Chicas de Nicaragua. Pocas veces he visto trabajos de danza que no le temen a lo grotesco. Su trabajo de ‘Metamorfosis’ me llevó en un viaje desde la prehistoria humana, motriz, expresiva con tanto detalle gestual que mi existencia como público era innecesaria para lo que sucedía. Él no buscaba mis aplausos, él se movía porque no había otra manera de existir en ese momento. Realmente inspirador.

Muchos de los asistentes, hacemos danza y allí estábamos sentados viendo danza. ¿Por qué seguimos siendo tan poquitos?


Alejandra Garavito. (Nacida en algún lugar entre Guatemala y México, 1989). Coreógrafa, psicóloga y (forcivoluntariamente) gestora cultural. Cofundadora de Contacto Danza Contemporánea, integrante de la Alianza Mundial de la Danza-Américas, coorganizadora de Connatural –campamento de danza contemporánea–, enamorada de la improvisación, de Contacto y de Vakita –mi perrita–.

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