Las horas que dormimos pueden ser fundamentales para no desarrollar ciertos padecimientos. Foto La Hora

Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

Si pensaba que dormir hasta tarde no tiene consecuencias en su salud a futuro, un estudio recién publicado por la revista científica Nature Communications, en el que analizaron los datos de casi 8 mil personas, explica la posible asociación entre dormir hasta tarde en la edad mediana y la incidencia de esto en la demencia en una edad avanzada.

El documento recién publicado menciona que la desregulación del sueño es una característica de la demencia, pero no está claro si la duración de este antes de la vejez se asocia con su padecimiento.

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Los datos de 7,959 participantes del estudio Whitehall II, examinan la asociación entre la duración del sueño y la incidencia de demencia (521 casos diagnosticados) mediante un seguimiento de 25 años.

“Aquí informamos un mayor riesgo de demencia asociado con una duración del sueño de seis horas o menos a los 50 y 60 años, en comparación con una duración del sueño normal (7 horas), aunque esto se estimó de manera imprecisa para la duración del sueño a los 70 años (cocientes de riesgo (HR) 1,22 (intervalo de confianza del 95%: 1,01–1,48), 1,37 (1,10–1,72) y 1,24 (0,98–1,57), respectivamente)”, dice el reporte.

La corta duración del sueño persistente a los 50, 60 y 70 años en comparación con la duración normal, también se asoció con un aumento del 30% en el riesgo de demencia independientemente de los factores sociodemográficos, conductuales, cardiometabólicos y de salud mental.

De ese modo, estos hallazgos sugieren que la corta duración del sueño en la mediana edad se asocia con un mayor riesgo de demencia de inicio tardío.

El estudio se enfoca en la influencia que podría tener no dormir bien y la demencia. Foto La Hora

UN INTERÉS CRECIENTE ENTRE LA ASOCIACIÓN DE LA DURACIÓN DEL SUEÑO Y LA DEMENCIA

No obstante, los cambios en los patrones de sueño son comunes en personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias; se cree que estos son el resultado de la desregulación del ciclo sueño-vigilia, debido a procesos fisiopatológicos en la demencia.

Además de la alteración del sueño, existe un interés creciente en la asociación entre la duración del sueño y la demencia y Nature Communications señala que los estudios observacionales muestran que tanto la duración del sueño corta como larga se asocian con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia.

Algunos estudios también informan que el cambio en la duración del sueño en los adultos mayores se asocia con el riesgo de demencia.

“Un total de 6,875 participantes estaban vivos, libres de demencia a los 70 años y tenían al menos dos de las tres medidas de duración del sueño a los 50, 60 y 70 años. Entre ellos, 426 tenían demencia incidente durante un seguimiento medio, período de 7,4 (DE = 4,7) años”, consigna el reporte.

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LOS HALLAZGOS

Este estudio sugiere que la duración corta del sueño en la mediana edad se asocia con un mayor riesgo de incidencia de demencia.

“Este hallazgo se confirmó en un análisis que utilizó la duración del sueño medida por un acelerómetro. La medición de la duración del sueño a los 50, 60 y 70 años, junto con el cambio en la duración del sueño durante este período, proporciona resultados consistentes para un mayor riesgo de demencia en aquellos con sueño corto”, destaca la información.

Otro hallazgo clave es que la asociación entre la corta duración del sueño y la demencia no se puede atribuir a la salud mental.

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