Samuel Flores

Periodista, fotógrafo y catedrático universitario, interesado en la recuperación de la memoria histórica del periodismo en Guatemala. Comprometido con la formación académica de la juventud mediante la investigación, verdad y justicia. Opositor a la corrupción, despilfarro y excesos cometidos por los gobernantes y funcionarios que se han enriquecido a base de la pobreza extrema de la población principalmente en el área rural.

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Samuel Flores

Manipulador, farsante, aprovechado de la pobreza que produce la pandemia, son los distintivos a los que Alejandro Giammattei califica astuto durante sus 385 días como presidente. Rodeado de una rosca de militares, ministros y funcionarios lambiscones y servilistas, con una agenda establecida por el CACIF.

La última cadena nacional del miércoles 27 de enero, en la que “mal informó” a la población anunciando “una supuesta reducción del presupuesto 2021, equivalente a Q13 mil, 388.4 millones”, fue falsa. Cuando recibí el anuncio a mi celular de cadena nacional creí que era “realidad legal”. Nada que ver.

El techo presupuestario para el 2021, es de Q107.8 millardos. Igual que su servidor millares de familias en el área rural esperábamos restricciones para contener el repunte de casos positivos para COVID-19. Y cuando escuchamos la cadena nacional nos confundió.

La Coordinación de ONG y Cooperativas, CONGOOP, considera que la controversia entre el presidente Giammattei y el ministro de Finanzas Públicas, con respecto al monto del Presupuesto Nacional 2021, es parte de la incoherencia, falta de responsabilidad política y poca transparencia montando un mensaje televisado y virtual nada representativo de los diferentes sectores del país, principalmente, del área rural.

El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, ICEFI, manifiesta su preocupación que el presidente practique negociaciones políticas bilaterales con los ministros para definir los techos presupuestarios.

CONGCOOP, el ICEFI y otras organizaciones de la sociedad civil reiteran la necesidad de que la readecuación del presupuesto se apegue a criterios técnicos y que no sean resultado de negociaciones políticas opacas como las que maneja el presidente del congreso Allan Estuardo Rodríguez Reyes.

El manejo de las relaciones públicas en tiempos de pandemia le otorga mensajes virtuales al presidente pagando sumas millonarias a cadenas denominadas como la “televisión y radio nacional” y eso “huele” a corrupción. Sin embargo, me permito recomendar a los “chapines” no dejarnos manipular por el gobernante y su rosca “servilista”, de “comunicación nacional”. Recomiendo –respetuosamente- leer La Hora, El Periódico, escuchar programas de radio como “A Primera Hora”, de Emisoras Unidas; Radio Punto “periodismo que da la cara”, Nuevo Mundo radio y TV; Guatevisión, TV Azteca, Canal Antigua, Radio Universidad, FGER, Red de Noticias Ciudadanas, UTZIL –Nicolás Pacheco-, CCDA y otros medios alternativos para informarnos. El periodismo debe ser objetivo y no al servicio de los gobernantes corruptos que invierten millones de quetzales en publicidad en medios como los denominados “televisión y radio nacional”.

Mi sugerencia es rescatar el Periodismo en Guatemala. Estamos hartos de gobiernos corruptos que se iniciaron en 1986 con la elección de Vinicio Cerezo; (1986-1990); Jorge Serrano Elías (1991-1993); Ramiro de León Carpio (1993-1995); el despilfarrador y corrupto Álvaro Arzú (1996-1999); Alfonso Portillo (2000-2003); Oscar Berger (2004-2007); Álvaro Colom y su mujer Sandra Torres, (2008-2011) y sus ministros corruptos; Otto Pérez Molina y su vice presidente Roxana Baldetti; 2012-2015); Jimmy Morales, (2016-2019); y el actual Giammattei.

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