Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Muchos hemos expresado que de esta pandemia debemos salir mejor de lo que entramos, que lo que nos ha tocado vivir debe ser un poderoso recordatorio que las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana sin mayor aviso y lo que antes se veía imposible o irreal, de pronto se convierte en una nueva normalidad que nos acompañará para siempre.

Esa nueva normalidad, pasa por fuerza, en asumir mejor nuestra responsabilidad en torno a nuestras conductas familiares, sociales, empresariales, laborales, comerciales, etc. y la pandemia nos ha enseñado que hay demasiada gente con la que se puede construir un país mejor, más justo e incluyente, en el que la nueva normalidad pase por cumplir normas y operar todos bajo el mismo juego de reglas.

Lastimosamente, sigue habiendo un pequeño, pero mafioso e insaciable grupo de personas quienes han visto en esta época de incertidumbre, de penas para muchos y angustias para otro tantos, un arca abierta para fortalecer las bases de un sistema que se niegan a cambiar porque ha sido, es y desean que siga siendo rentable para aquellos que deseen operar sobre las bases de la corrupción y la cooptación del sistema.

Tener al menos 70% de los guatemaltecos en la informalidad, significa que al menos 70% de los nuestros están pasando penas en las condiciones actuales y de esa informalidad, hay muchos que viven en el sótano de los niveles más bajos de pobreza y la situación de esa gente no la podemos vivir como oír llover porque el nuevo normal nos demanda que no nos sintamos tan cómodos con esas realidades que debemos cambiar.

Pero quienes están empeñados en sentar, cueste lo que cueste, a magistrados que les garanticen impunidad están haciendo un daño irreparable al país. Todas las oportunidades que van y deben surgir luego de los momentos más duros de la pandemia, pueden nunca darse porque para que exista una economía que camine bien, se necesita un Estado de Derecho sólido e independiente, no uno débil y cooptado como esperan el duo Alejos (Gustavo y Felipe) y las demás mafias en los poderes del Estado que tienen eco en sus aliados particulares.

Esta situación pone en un brete al presidente Alejandro Giammattei porque una cosa fue negociar antes de la pandemia y antes que se hiciera público el juego del Señor de la Justicia, Gustativo como le dice la Sandrita y otra aún peor negociar post pandemia con un grupo de personas que terminarán de asegurarse que los duros efectos de la enfermedad nos duren décadas y todo porque desean tener impunidad pura y dura.

Si usted es una persona que hace bien las cosas, que procura seguir, de una buena manera, generando oportunidades, valor y riqueza, como me decían en la universidad, no puede permanecer indiferente o peor aún, incentivar los perversos deseos de aquellos que desean llevarnos al despeñadero, otra vez.

Son estas mafias las que más ganan cuando en el país se exacerba la polarización. Este es el momento en el que debemos ver qué nos une y eso no quiere decir pasar de la denuncia al silencio o al apañamiento, solo requiere que sepamos ejercer nuestro rol ciudadano intentando fortalecer nuestra capacidad de alcanzar acuerdos en torno a mínimos en los que sí tengamos consenso. Necesitamos más propuesta.

Nunca habrá momento de transar principios, pero sí es el momento en el que la empatía nos permita entender mejor posturas con el afán de acercarnos hacia un objetivo común y si lo logramos, será más fácil entender que lo que hagan las mafias nos afectará por años y que si consiguen sus fechorías, la pandemia habrá servido para que muchos logren sus anhelos de impunidad y cooptación, aunque eso signifique jugar con el dolor, la miseria y las preocupaciones de la gente.

Hay que enfrentar y vencer al COVID, tanto como hay que hacerlo con las mafias que son peor que una pandemia.

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