Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Cada vez son más las voces y cada vez son más los preocupados por la situación económica que se avizora y se entiende la necesidad de que existan planes, elementos, acciones y políticas que nos permitan reactivar la economía, pero más allá de eso, yo creo que hay que reactivar el país. El problema que yo veo es que no estamos llevando el debate a la profundidad que necesita si de verdad queremos sostenibilidad.

Yo soy un fiel creyente que nuestros problemas económicos no derivan de la lucha contra la corrupción, al contrario, creo que la corrupción sí es un factor que incide en el crecimiento de la económica, en el empobrecimiento de nuestra gente y en la exportación del capital humano ante la falta de oportunidades.

Creo que es obligado preguntarnos si todos, como sociedad, estamos generando las condiciones para que exista mayor inversión que nos permita generar oportunidades, cerrar las brechas y pensar en el crecimiento integral de todos los que deseen trabajar por un futuro mejor.

Hablan de la falta de certeza jurídica por resoluciones judiciales, pero nunca dicen ni pío de la falta de certeza jurídica que existe en algunos casos en los que no importa haber cumplido con todo, porque el requisito más importante es el que exige la persona que otorgará la licencia, permiso, etc., requisito que por supuesto no está en ley.

Se quejan de algunos en la Corte de Constitucionalidad (CC), pero celebran que los magistrados suplentes de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ordenen que se investigue al PDH Jordán Rodas por hablar del tema de la prisión preventiva. Hernández Azmitia reclamó al PDH el 14 de mayo de 2018 por ese tema y cuando habló del mismo, ahora pide su remoción.

El problema de la justicia es integral porque eso de que sea lenta y tardía no es casualidad y derivó de un modelo que buscaba impunidad y que ahora debemos cambiar, pero curiosamente muchos de los que más se quejan de la lentitud fueron los que se opusieron a las reformas al sector justicia y eso mandó un terrible mensaje a los agentes económicos.

¿Mandaremos buenas señales a esos agentes económicos, cuando tenemos un Congreso con algunos personajes tan cuestionables en todo el sentido de la palabra y que hacen de la desfachatez “rhema en su vida”, como dice el anuncio de una iglesia en la radio? ¿Invitaremos a alguien a venir a dejar su dinero si saben que los diputados están negociando con particulares temas muy sensibles para generar impunidad?

Cómo atraer más inversionistas si tenemos un mandatario frustrado por no haber sido general de carrera, pero más que eso, que se ha olvidado por completo de gobernar, que exige que no lo fiscalicen y pretende que baste, como en la campaña cuando dijo que no era corrupto ni ladrón, decir que todo es transparente. Quizá sabe y siente que hay quienes dicen que de comprobarse lo de las mujeres, ya no lo apoyarán.

Hay que garantizar a las personas el derecho de propiedad bien habido, sin duda, pero eso no impide que tengamos un debate nacional en torno al acceso a la tierra que necesitan muchos que ven como opción primaria migrar.

Hay que explotar nuestros recursos naturales, pero no puede ser a costa de lo que algunos llaman “migajas”, en especial si se analiza la relación regalías versus devolución de crédito fiscal. Los proyectos de explotación deben existir y debe ganar el licenciado, la gente de la comunidad y el país, pero eso no está pasando en todos los casos.

Al país hay que darle cara vuelta (en el buen sentido de la palabra) para tener un mejor futuro, pero no lo lograremos si solo quieren debatir de lo que le conviene a algunos. Cambiar significa integralidad y lo mismo aplica para el crecimiento económico, al que se le debe agregar el componente de sostenibilidad y eso lo lograremos solo con un profundo y comprometido esfuerzo nacional.

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