Rene Leiva

H.G.V.: “Han convertido a Radio Faro en otra TGW, en cartelera de la farándula, en vocera del gobierno de Los Hermanos Caradura, en una emisora abigarrada, promiscua, sin la personalidad respetable de ayer.”

A.T.H.: “Me preguntó si en Radio Faro existe o existía un inventario, auditado y fiscalizado, del material discográfico y de todas las grabaciones musicales, de sus diversos insumos, es decir, desaparecibles… ¿Su equipo de grabación y de transmisión es susceptible de ser utilizado para fines ajenos o poco ortodoxos?”

R.S.J.: “¿Y los trabajadores antiguos qué? Por conservar su chamba, por temor al cuije de Los Hermanos Caradura, aunque tampoco han sido amantes de la buena música, se han prestado al descalabro de Radio Faro en calidad de obedientes colaboradores.”

J.J.O.: “Ahora Radio Faro me parece una grotesca caricatura, pervertida, de lo que fue por más de sesenta años. Ya no ponen la música que más me gusta. Cada vez está más lejos de mí.”

J.H.V.: “Sale caro poder escuchar algo de música clásica, el precio a pagar es tener que soportar una habladera insulsa, anuncios dizque institucionales, la desdichada identificación viciosa de la radio, a una nutricionista de voz cavernosa, la cartelera cultural. Solo falta que reporten la temperatura ambiental, el tránsito callejero y el precio del dólar”.

M.R.G.: “En la tierra del son, de las guapas mujeres y de la marimba abundan los medios para difundir cualquier clase de ruido tocado o cantado, pero la buena música de Radio Faro fue la maestra de varias generaciones. ¿Algún día la rescataremos?”

B.K.W.: “Ya va para un año que en Radio Faro solo emiten composiciones con duración de 10 o 12 minutos, no más. ¿Por qué? ¿Qué pasó con las obras de media hora o 45 minutos, los grandes conciertos, sinfonías, ballets, sonatas, música incidental…? ¿Qué pasó con las sinfonías de Brahms, Mahler, Dvorak, Bruckner?”

J.L.F.: “Según monitoreo hecho por una de mis hijas, ahora Radio Faro no pasa de poner los mismos diez o doce discos cada día. ¿Y todos los demás discos y grabaciones diversas, únicos en Guatemala?”

Concierto

M.A.H.: “¿Qué pasó con Titanes de la música, el Concierto del mediodía, Partituras clásicas, Música de cámara, Clásicos de complacencia, y otras secciones que tanto deleitaron a los pocos melómanos del país? ¿Qué se cree el prepotente advenedizo que llegó a arrasar esa pródiga tierra musical?”

A.F.Q.: “Lo que ahora se oye en Radio Faro equivale a TorTrix, ricitos, comida chatarra, shucos… Teniendo ¿O tenían? suculentas y nutritivas viandas musicales, platos fuertes, manjares exquisitos, refinadas y variadas ensaladas del arte sonoro. Es diabólico eso de imponer el mal a lo que está o estaba bien.”

J.S.G.: “Ese que se apoderó de Radio Faro no lo hizo por amor a la buena música, que estoy seguro no le gusta ni entiende”. Llegó a figurar, a ver qué saca, a utilizarla quién sabe para qué fines ajenos a la cultura.”

S.N.U.: “En el Patrimonio Cultural de la Nación, una tradición programática de por lo menos medio siglo fue borrada, literalmente, de la noche a la mañana. La prepotencia cachimbira.”

L.N.T.: “Tal vez Radio Faro vuelva a su calidad de siempre cuando queden de presidentes constitucionales de la República de Guatemala Los Tres Huitecos, a quienes les toca después de Jaimito y Samuelito, siempre y cuando los de Huité se pongan firmes.”

J.F.C.H.: “Y vos, licenciado Maximiliano Araujo y Araujo, asesor vitalicio del glorioso Ministerio Sin Cultura Ni Deportes, desde tiempos de mi general Reyna Barrios, si acaso lees esta babosada (perdón), hacé algo al respecto, no jodás; algo a favor, se entiende, ¿o es que sos obediente y no deliberante?.
Por respeto a Diario La Hora y a sus cultos lectores no se reproducen aquí las opiniones y comentarios con una gran carga de epítetos francamente injuriosos y ofensivos hacia las actuales “autoridades” (de alguna forma hay que llamarlos) de Radio Faro, quienes así duren lo que duren en ella no podrán despojarse de su calidad advenediza y usurpadora.

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