La entrega del puesto de Procurador de los Derechos Humanos de Jorge De León a Jordán Rodas abre una ventana de oportunidad inmensa para que se vuelva a discutir la necesidad de una mejor comprensión, aplicación y observancia de los Derechos Humanos en Guatemala pues lamentablemente y como efecto del Conflicto Armado Interno, el tema fue absorbido por las partes enfrentadas para convertirlo en algo ideológico que nada tiene que ver con el sentido de la Declaración Universal que le dio origen.

Esa Declaración surge tras los excesos y abusos cometidos durante las guerras de mediados del siglo pasado y se amplía para avanzar de los derechos individuales, como el de vida, hacia los económicos, sociales, de niñez, adolescencia, mujer, etc., entendiendo que el respeto a todos, en conjunto, garantiza los más básicos y elementales principios para la vida de cualquier individuo.

El nuevo Procurador ha mencionado que hace falta la discusión de un Pacto de Gobernabilidad y tiene razón. Sin embargo, también queremos mencionar que más urge uno de Conciliación para entender que la ruta de la polarización por la que hemos transitado como país no es la adecuada para avanzar hacia el desarrollo y, menos, en la observancia del Estado de Derecho.

En ese concepto se tiene que eliminar la ideologización de temas que no tienen nada que ver con los rezagos de “izquierdas y derechas”, sino que son carencias que, como sociedad, nos tienen que generar el compromiso de cumplirlas.

La idea de que los Derechos Humanos, sus funcionarios e instituciones, están comprometidas con defender a los delincuentes es absolutamente falsa. Ahora que los casos de corrupción están llegando a alcanzar a personajes de nivel social, muchos han alzado la voz para pedir respeto al debido proceso, condiciones distintas en los centros de detención y atención médica a los reclusos. Y tienen razón, pero no fue la misma actitud de la sociedad cuando los procesados y detenidos eran gente sin el nivel social y económico que se ve en muchos de estos casos de saqueo de los recursos del Estado.

Este ejemplo nos debe de servir para entender que los Derechos Humanos son, por ello, Universales y que tenemos una larga y ardua tarea por comprenderlos, implementarlos y respetarlos en Guatemala.

Sirva la toma de posesión del nuevo PDH, Jordán Rodas, para volver a abrir la puerta de un debate que debe ser privilegiando el sentido humano de la sociedad y no manipulado con la polarización trasnochada de izquierdas y derechas. Matando y ejecutando no se arreglan las grandes carencias del Estado.

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