Arlena D. Cifuentes Oliva
arlena_dcifuentes@hotmail.com

Señor Presidente de la República de Guatemala, Señora Ministra de Salud, Señor Ministro de Gobernación, Señor Rector de la Universidad de San Carlos, Señores Decanos de las Facultades de Medicina, Señor Director del Hospital Roosevelt, Señor Director del Departamento de Cirugía:

Es inaudita la situación vivida el día de ayer en el interior del Hospital Roosevelt poniendo en riesgo las vidas de pacientes, estudiantes y médicos residentes por su incapacidad como autoridades. ¿Saben ustedes que cada vez que un reo es hospitalizado, tanto estudiantes como médicos sufren vejámenes y acoso por parte de los custodios y de los reos y que esto se constituye en un peligro, principalmente para el personal femenino?

Soy madre de una doctora residente que se faja de día y de noche con una entrega total, no parcial como muchos de sus compañeros, hacia cada uno de sus pacientes; que recibe salario de hambre con un Bono 14 al que sin razón aparente le descuentan un 30 por ciento del total, y que recibe exigencias de superiores o conductas de subalternos inapropiadas, que labora de día y de noche bajo condiciones deplorables, largo etcétera. Con la AUTORIDAD que esto me confiere y además con la AUTORIDAD de haber puesto mi grano de arena por este país en lo que fue “la apertura democrática” en el “Proceso de Negociación de la Paz” y un trabajo político-diplomático para la candidatura de Rigoberta Menchú al Nobel de la Paz, en un intento de participar en la contienda electoral con gente proba. Con esa AUTORIDAD, EXIJO a ustedes garantizar la seguridad física de quienes como mi hija están dejando una buena parte de su vida, de su salud, de su estabilidad emocional al servicio del pueblo de Guatemala.

Sólo en un país tan mediocre como el nuestro con autoridades tan incompetentes como ustedes pueden suceder hechos como el del día de ayer. Salga de su comodidad Señora Ministra, deje el trabajo de escritorio y recorra los hospitales públicos sin previo aviso por favor para que sus súbditos no le pongan alfombra. Jimmy Morales, investigue qué pasa dentro. Señor Director del Hospital, Señor Rector, Señores Decanos de las Facultades de Medicina ¿qué les pasa?, bajen de sus tronos y hagan el trabajo de a pie. Podría citarle Ministra de que carece el Hospital hoy, estoy segura que usted no lo sabe.

No más reos a los hospitales públicos señores, asuma cada uno su responsabilidad, necesitamos que nos garanticen la seguridad de nuestros seres queridos. Hago un llamado a las universidades privadas, a los padres de familia, esposos, esposas, hijos a unir esfuerzos para exigir un mínimo de garantías en este sentido. Dejo constancia de que mi hija se opondría, si fuera de su conocimiento, el que escriba estas líneas por posibles represalias. Esas que recaigan sobre mí por favor, no sobre ella.

Yo he luchado por este país, pero tuve una desventaja, ser frontal y decir “no” a la corrupción y “no” a todo lo que fuera en contra de mis principios y de mi país, imaginen ustedes qué no voy a hacer por una hija.

En los próximos días, todos los telenoticieros tendrán a sus “analistas”, portadores de la verdad, dejando ver su incapacidad, desgastándose el cerebro para opinar por este suceso, emitiendo opiniones absurdas que únicamente contribuyen a confundir. La mediocridad impera en estos medios que insultan nuestro intelecto y contribuye a la desinformación de un pueblo con escasa educación que termina comprando y apropiándose de las ideas vertidas en los mismos.

Les pregunto señores: ¿Cómo repararán el daño causado a las familias que perdieron a un ser querido el día de ayer? ¿CÓMO? Demando respuestas. Ustedes, “autoridades”, tienen responsabilidad directa en el infierno vivido dentro del Hospital el día de ayer.

¡No más reos en los hospitales públicos! ¡No más custodios atemorizando y acosando a nuestros médicos y estudiantes! ¡Basta ya de la incompetencia de ustedes como autoridades del Sistema de Salud y de quienes tienen a su cargo la seguridad ciudadana! Reitero mi llamado a que unamos esfuerzos en la lucha contra su incapacidad. No estamos dispuestos a que la vida de nuestros hijos esté expuesta diariamente. Solo ustedes y nadie más que ustedes serán responsables de los eventos similares que puedan suscitarse en un futuro contra la integridad de estudiantes, médicos y pacientes.

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