Francisco Cáceres Barrios
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Como si los servicios que el Estado debiera prestar fueran de óptima calidad y como si la población guatemalteca que con sus impuestos contribuye a sufragarla estuviera plenamente satisfecha de sus servicios, el presidente Jimmy Morales no tuvo empacho para permitir que los trabajadores públicos del Departamento de Guatemala gozaran de asueto laboral el lunes 14 de agosto de 2017, aduciendo que con ello se promovería el turismo interno y beneficiaría a las comunidades del interior del país. Nada más falso e impreciso, puesto que la gran mayoría de la población no cuenta siquiera con los recursos para satisfacer sus gastos ordinarios, mucho menos podrá utilizar vacacionalmente el mentado descanso “puente” de cuatro días consecutivos entre el doce y el quince del presente mes.

Lo anterior no solo es consecuencia de la constante pérdida de principios ético laborales de los servidores públicos, sino una prueba más que nuestro mandatario, sus asesores y colaboradores no tienen ni la más remota idea que, para alcanzar el objetivo de ser un gobierno capaz y competente en la aplicación de sus políticas públicas, es forzosamente necesario lograr la mayor productividad de cada uno de los servidores públicos. Guatemala requiere urgentemente de contar con el mejor profesionalismo de sus servidores a todo el nivel jerárquico además, trabajar cada día del año con mayor ahínco, esfuerzo y dedicación. Cosa que no se logra a base de conceder asuetos, ventajas o granjerías, sino que cada quien desempeñe sus deberes y obligaciones con alta responsabilidad moral y ética.

Es normal apreciar en países que cuentan con una administración pública más eficiente y productiva que la nuestra, que reconocer ser ético no consiste en solo aplicar reglas de lo que se puede o no hacer en un empleo, porque ser ético no consiste en cumplir la ley, sino que cumplir la ley es un deber ético. Y por ello es que en Guatemala ocupar un empleo público no debiera significar ¿cómo le hago para obtener más ingresos?, ¿cómo logro trabajar menos?, ¿cómo puedo hacerme un sobresueldo o cómo logro beneficios y ventajas extras? Lo anterior solo debe lograrse éticamente al dar buenos resultados y no manipulando condiciones y circunstancias.

El sistema laboral que obligatoriamente implemente el gobierno y sus entidades descentralizadas debiera basarse en la equidad y la igualdad de condiciones para todos sus laborantes, de lo contrario nunca va a ser calificado como justo y equitativo. Y todo esto debe empezar con el primer mandatario del país, haciéndose responsable de sus acciones y resultados, evitando poner tantas excusas o pretextos cuando estos no sean los esperados. Hay que recordar que reconocer los errores cometidos, también forma parte de la ética.

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