Juan de Dios Rojas

El panorama respecto al caso por la tangente, en los actuales momentos representa llevar a escena el mismo sainete. Árboles, muros, puentes y todo lo habido y por haber están pintados, según los colores del grupo de partidos políticos que están que la miel se les arde. Da la impresión de promover el carnaval y algo más, a ciencia y paciencia de propietarios afectados.

Por cierto, pinturas de tonalidad profunda, difícil de eliminarlas, si los damnificados desean de inmediato borrar los abanicos anticultura, en detrimento principalmente de la propiedad privada. Excepto existan arreglos o convenios entre las partes. Sin embargo, en torno a la educación cívica y política sana, bien orientada, nada pues dirán oriundos “ahí me las den todas”.

A propósito al actuar a medias, cabe aludir el titular de la presente nota: acción inmediata del Tribunal Supremo Electoral (TSE) se necesita urgentemente, no bastan solamente advertencias que a la postre quedan en condición de papel que se lo lleva el viento. De lo contrario la misma historia de siempre viene a ser el fundamental elemento a llenar su cometido.

En apariencia los mandamases del abanico electoral harán cuanto esté a su alcance por que funcione de manera civilizada, consciente, responden aparentemente, por sabido se calla que de la publicidad millonaria, mañosa y demás no prescinde, a sabiendas que el que no ofrece mediante un cumulo de publicidad, no gana, seria en el caso que nos ocupa en estas líneas firmes.

Nuestra cultura busca motivos diversos para tirar la casa por la ventana, en condición de negocio redondo, mediante fondos millonarios, vengan de donde vengan, que no les lastima ni siquiera un mínimo la epidermis. Media vez la meta ansiada febrilmente sea una hermosa realidad imperante, diríase el adagio «barriga llena, corazón contento”, por algo se metieron a faroleros.

Reitero respetuosamente a los miembros recién posesionados del Tribunal Supremo Electoral que esperamos no les tiemble la mano ni cedan un milímetro atientes a la advertencia a los incontables partidos políticos metidos en una nueva también, contienda electoral a su debido tiempo y circunstancias dentro de los límites de los organismos legales que debe poner en práctica.

Si el despegue del Tribunal Supremo Electoral tiene observancia y mucho más acción inmediata, la ciudadanía harta de tanto ofrecimiento sentiría un auténtico alivio y plena confianza de ahora en adelante. El camino, si se lo proponen será ancho y venturosos durante el periodo para el cual fueron electos podrán llevarse las palmas gozosos en vez de censura y desmoralización.

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